El 1o de marzo de 2011, algunas de las empresas más grandes de indumentaria y calzado anunciaron la creación de la Coalición para la Ropa Sustentable (SAC por sus siglas en inglés), un esfuerzo multipartito para desarrollar un índice que abarque a toda la industria y mida los impactos ambientales y sociales de los productos de ropa y calzado. La iniciativa promete basarse en la experiencia de otros esfuerzos para calificar el desempeño social y ambiental, con el fin de crear “una sola medida, abierta, que alcance a toda la industria”, que abarque desde el uso de agua y energía hasta las emisiones de gas de efecto invernadero, basura y prácticas laborales. Aunque actualmente hay pocos detalles disponibles sobre la iniciativa, la Coalición intenta dar a conocer para fines del año una versión piloto de su índice para recibir comentarios.
Llegar a tener un método exhaustivo y confiable para calificar con puntos los impactos sociales y ambientales de una empresa o producto sería un avance prometedor para las empresas, consumidores e inversionistas, especialmente si ese
sistema tiene el respaldo de una cantidad significativa de empresas con influencia. Los que llamaremos, para fines de este documento, “sistemas de puntaje,” son herramientas potencialmente poderosas porque simplifican grandes cantidades de datos complejos en un formato fácil de asimilar, asignando una puntuación numérica o de letras para representar que posición guarda una empresa en relación a una serie de indicadores sociales o ambientales. Los sistemas pueden darle a los usuarios de los mismos, que pueden ser consumidores, inversionistas, medios de comunicación y organizaciones ambientales, un método simple de comparar a empresas y separar a las “líderes” de las “rezagadas”.
No obstante, dada la vasta y rápidamente cambiante naturaleza de las cadenas globales de proveedores que producen ropa, calzado y otros bienes de consumo, calificar a una empresa o a un producto sobre sus impactos ambientales no es algo fácil. Asignarle un puntaje a los impactos sociales de una empresa o producto – y más específicamente a si la empresa respeta los derechos de los trabajadores(as) que hacen el producto – es aún más complejo.
Una publicación de Proyecto sobre Organización, Desarrollo, Educación e Investigación (PODER) y la Red de Solidaridad de la Maquila (RSM).