Las emisiones de partículas contaminantes han registrado un “incremento exagerado” en Sonora los últimos años, según lo declaró el director general del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), Alberto Carramiñana Alonso, en mayo pasado¹. Sus palabras hacen sentido con los reportes de la mina Buenavista del Cobre; hace cinco años Grupo México anunció un agresivo plan de expansión² para elevar en 180% la producción de cobre para 2016. La meta del grupo propiedad de Germán Larrea es convertir a la mina en el tercer productor mundial de ese metal³.
La impresión del astrofísico no se puede comprobar con datos: Buenavista del Cobre no ha presentado ante la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) el registro de emisiones contaminantes⁴ que por ley debe declarar entre el 1 de marzo y el 30 de junio de cada año⁵. Tampoco ha actualizado su Licencia Ambiental Única⁶.
Sin la información actualizada, la SEMARNAT no puede conocer la magnitud de las emisiones contaminantes de la minera y por tanto no tiene la base para regularla en caso de exceso. Sin regulación, la mina de cobre a cielo abierto más grande del mundo ⁷ podría estar emitiendo a la atmósfera mayores cantidades de contaminantes que los permitidos por la norma mexicana.

El segundo telescopio de México pierde potencia

La preocupación del director general del INAOE es debido a que el observatorio astrofísico Guillermo Haro Barraza, con el segundo telescopio más grande de México, ha perdido potencial. La contaminación lumínica, de polvo, gases y partículas que generan las minas en Sonora ha reducido poco a poco la profundidad con la que se observa el cosmos ⁸, según lo informó el responsable del INAOE en el municipio de Cananea, Gustavo Escobedo⁹, en entrevista para RindeCuentas.org
Las partículas contaminantes que emanan de las minas se depositan en el telescopio y provocan que las capas que lo envuelven se desgasten más rápido; en consecuencia la limpieza se tiene que hacer con más frecuencia. Este proceso conlleva un riesgo porque para realizarla el telescopio tiene que desarmarse y el espejo trasladarse desde Cananea hasta la península de Baja California, explicó Gustavo Escobedo.
Si el telescopio llegara a dañarse podría parar la actividad del observatorio hasta por cuatro años, ya que sus componentes son únicos en el país, aseguró Gustavo Escobedo. El observatorio astrofísico es un bien público puesto que recibe recursos gubernamentales como dependiente del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT). Tan sólo para 2015 el INAOE recibió 461.7 millones de pesos¹⁰, un presupuesto mayor en 17% a los 393.2 millones recibidos el año anterior¹¹. Casi la mitad del presupuesto del instituto se destina a gastos de operación¹².

Pasividad de las autoridades ante la contaminación

No sólo la SEMARNAT está al tanto del incumplimiento de la minera sino que la propia Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) ha señalado que algunos de los equipos que la mina utiliza para monitorear sus emisiones contaminantes no cumplen con las especificaciones técnicas establecidas por la ley, ni son suficientes para evaluar que las emisiones no rebasen los máximos permitidos. Así lo dejó asentado en respuesta a una solicitud de información sobre las emisiones contaminantes de la mina Buenavista del Cobre¹³.
“También en Estados Unidos los observatorios tienen fuertes problemas con las minas y eso que allá las normas son más estrictas que en México”, dice Escobedo. Estricta o laxa, la norma mexicana no ha sido respetada por Buenavista del Cobre. Mientras que la autoridades no hagan valer las normas ambientales las emisiones contaminantes de las minas continuarán obstaculizando la labor que desde hace 30 años ha realizado la comunidad astrofísica nacional e internacional desde Cananea¹⁴.
La contaminación lumínica, además de perjudicar el tráfico aéreo y la astronomía, tiene efectos dañinos en la salud de humanos, de animales -especialmente nocturnos- y de vegetales, sobretodo las especies que se orientan con base en la luz natural¹⁵. La emisión de partículas, polvo y gases incrementan la contaminación lumínica y afectan en el medio ambiente tanto a personas y animales que respiran el aire contaminado como a las plantas sobre la cuales se posa el polvo¹⁶. La sierra Mariquita -área natural protegida dónde se ubica el observatorio astrofísico¹⁷– está afectada en el mismo nivel que el telescopio y se desconoce las afectaciones en los alrededores.]]>