Perúleaks es un sitio web de denuncia ciudadana y transparencia al servicio de la sociedad, una herramienta independiente que se hermana con las iniciativas de Publeaks en los Países Bajos y Méxicoleaks. Perúleaks arranca en un momento clave. A dos semanas de la renovación del Congreso de la República y la elección presidencial, la plataforma ofrece a los peruanos una herramienta de empoderamiento ciudadano: la capacidad de filtrar documentos y pruebas que develen actos de corrupción en gobiernos y empresas con la seguridad de conservar su anonimato. La denuncia resonará a través de una sólida alianza conformada por medios de comunicación y organizaciones de la sociedad civil con trayectorias propias en el periodismo de investigación. Integran la alianza Perúleaks: Convoca.pe, Hiperderecho, La Mula, La República, Ojo Público, Revista Poder, Utero.pe y el Proyecto sobre Organización, Desarrollo, Educación e Investigación (PODER), que publicará sus investigaciones a través del blog periodístico RindeCuentas.org. Ha sido implementada por la Associated Whistleblowing Press (AWP) con el apoyo de Avina, Hivos y Hermes. Los ciudadanos podrán elegir filtrar su información a un integrante, varios o a todos los colaboradores de la plataforma. Una vez recibida, estas receptoras emprenderán el proceso de verificación e investigación y pactarán una fecha de publicación. También tendrán la opción de trabajar de forma individual o en conjunto con otros integrantes de la alianza. Perúleaks seguirá la estela de Méxicoleaks -plataforma de la cual PODER es miembro fundador- al guiar su actividad bajo tres ejes: colaboración entre aliados, altos estándares de seguridad digital y potenciar la figura del informante o whistleblower. El mayor reto de Perúleaks y Méxicoleaks es sin duda incentivar a la ciudadanía a convertirse en whistleblower: un ciudadano de a pie que trabaja en el sector público o privado y que, al ser testigo de un hecho que puede constituir un delito, peligro o fraude, decide revelarlo a pesar de las consecuencias. El término no tiene una traducción certera, proviene del inglés y significa “persona que hace sonar el silbato1”. En América Latina PODER forma parte de la lucha por la implementación de legislaciones que protejan el anonimato y recompensen económicamente a los whistleblowers que revelen graves casos de corrupción.
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