1. Sin embargo, un análisis de su proceder deja ver incoherencias entre lo que informa y cómo realmente actúa. Es experta en hacer greenwashing, o “Lavado Verde”, es decir, muestra prácticas que parecerían positivas mientras esconde información en cuanto a sus procesos contaminantes y sus impactos ambientales, confundiendo a consumidores y grupos de interés2. Los anuncios sobre el aumento de la producción minera por parte de la empresa, en 2015 creció 7% su producción de cobre impulsado principalmente por la mina Buenavista, esconden costos humanos y ambientales. En 2015, Grupo México fue acreedor de 10 sanciones monetarias en sus operaciones mineras en México, Perú y Estados Unidos, por un total de 4.7 millones de dólares3 (75 millones de pesos según la cotización media de 20154). Esa cantidad ya contempla los 1.3 millones de dólares de multa por el peor desastre ecológico en la historia de la industria minera en México, sucedido el 6 de agosto de 2014 en su mina Buenavista del Cobre, en Sonora. Aun así, la suma es poco representativa para los 1,057 millones de dólares de utilidades netas alcanzados el año pasado. La forma en que Grupo México, propiedad del empresario Germán Larrea Mota Velasco, maneja ser sustentable es respaldada por entidades que deberían cuidar que las empresas realmente tengan impactos positivos. La iniciativa privada y el gobierno mexicano no sólo no castigan los errores de la empresa, sino que reconocen a la compañía como una de las mejores en materia de sustentabilidad. Industrial Minera México, subsidaria de Grupo México, recibió el certificado de Industria Limpia 2015-2016 de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT). La minera tiene plantas en Zacatecas, San Luis Potosí, Chihuahua y Guerrero5. La falta de una dura penalización por parte del gobierno provoca que los inversionistas tampoco le pasen factura a Grupo México por su irresponsabilidad. Desde hace dos años, cuando fue el derrame en Sonora, el precio de sus acciones se mantiene por arriba de los 48 pesos por cada papel bursátil6. Las bajas que ha presentado en ese periodo se relacionan más con la caída en los precios del cobre7. Relaciones provechosas Los miembros del consejo de administración de Grupo México le han permitido sostener una posición privilegiada dentro de instituciones encargadas de ratificar la sustentabilidad de las empresas. Es el caso del capítulo mexicano del Consejo Empresarial para el Desarrollo Sostenible (CESPEDES), perteneciente al Consejo Coordinador Empresarial (CCE), que cuenta a la empresa como miembro de su Consejo Directivo8. El CCE tiene entre sus asociados con voz y voto al Consejo Mexicano de Negocios9, la organización empresarial más importante de México, de la que German Larrea forma parta y fue fundada por su padre. El CCE y el CESPEDES no hicieron ningún pronunciamiento sobre la permanencia de Grupo México después del derrame en Sonora. Tampoco lo hizo la Bolsa Mexicana de Valores (BMV)10, que mantiene a Grupo México listado en su Índice de Precios y Cotizaciones Sustentable (IPC Sustentable). Las coincidencias de directivos entre la bolsa y la minera son notables11. Para empezar, el mismo Germán Larrea Mota Velasco, director de Grupo México es presidente del Consejo de Administración de Grupo BMV 12 y Luis Téllez, ex presidente de la Bolsa Mexicana de Valores en el pasado fue consejero de Grupo México 13. También Fernando Ruíz Sahagun14, fundador de la consultora fiscal Chevez, Ruíz, Zamarripa y Cía, figura como consejero independiente en la minera multinacional y en el Grupo Bolsa Mexicana de Valores. Claudio X. González Laporte15 es consejero independiente de Grupo México y de la BMV16. Rolando Vega Iñiguez17 fue comisario propietario de Grupo México y fue presidente del CCE de 1989 a 1991. El IPC Sustentable no monitorea las empresas listadas El IPC Sustentable aglomera a 30 compañías que supuestamente tienen las mejores políticas en materia ambiental, social y de gobierno corporativo. Cuando sucedió el derrame en Buenavista del Cobre, la BMV no expulsó a la minera de dicho índice. La razón es que al conformar el índice en 2011 la BMV contrató a dos consultoras: el Centro de Excelencia en Gobierno Corporativo (CEGC) de la Universidad Anáhuac del Sur y EcoValores, una filial mexicana de la inglesa Experts in Responsible Investment Solutions (EIRIS). Sin embargo, el centro bursátil no adquirió de EcoValores su servicio Convention Watch y el sistema Factiva, a través del cual se monitorean notas en la prensa sobre el incumplimiento de los principios ambientales y sociales18. “Si no incluyes lo que la empresa no quiere que sepas de ella siempre va a estar equivocada la calificación, como está resultando en el IPC Sustentable. Sin un análisis de la prensa no hay forma de capturar esa información que la empresa quiere ocultar. Nuestra última recomendación para la BMV fue incluir Convention Watch”, dijo Luisa Montes, directora de EcoValores en entrevista con Rindecuentas.org. Para la última conformación del índice, hecha en febrero de 2016, Ecovalores ya no fue requerida y sólo la universidad Anáhuac quedó a cargo19. La Bolsa Mexicana de Valores no estuvo disponible para comentar al respecto. “Respalda” pero no firma Pacto Mundial Grupo México da la idea a sus grupos de interés de estar adherido al Pacto Mundial, el programa de Naciones Unidas que invita a las empresas a suscribir a 10 principios a favor del medio ambiente, los derechos humanos, normas laborales y leyes anticorrupción, para poder ingresar a la red del Pacto. En su informe de sustentabilidad de 2015 la empresa afirma que es “una iniciativa que respaldamos por séptimo año”. Sin embargo, Marco Antonio Pérez, Coordinador del Pacto Mundial en México, informó a Rindecuentas.org que “Grupo México no es participante del Pacto Mundial”. “Los principios son universales y públicos, cualquier empresa puede decir que los lleva a cabo, pero eso no los hace parte. Los informes de sustentabilidad que hacen las empresas son para estos grupos de interés, si ahí indican relación con Pacto Mundial y generan confusión, es responsabilidad de la empresa”, dijo Pérez. Grupo México incluso detalla con qué acciones cumple qué principios, sin que esto signifique un cumplimiento efectivo. Además no habla sobre las consecuencias del derrame en el río Sonora20, su irresponsabilidad para prevenirlo21, la impunidad con la que no cumplió lo prometido para la reparación de daños y la falta de transparencia hacia las comunidades22. En medio de los juicios impulsados por los pobladores afectados, organizados en los Comités de Cuenca Río Sonora (CCRS), Grupo México, a través de su fundación, organizó su Expo Fundación y Congreso 2016, para “que OSC’s y Empresas socialmente responsables se vinculen con otras instituciones, fomentando así la generación de alianzas estratégicas”, pero en el programa no se contempló ninguna conferencia sobre el manejo de desastres ambientales o la contaminación por derrames mineros. Pacto Mundial fue invitado como ponente23 y aprovechó para invitar a Grupo México a adherirse a la iniciativa. Hasta la fecha la empresa no ha firmado, informó Pérez. Los reportes de la compañía en los que se muestra amigable con el medio ambiente no son más que un intento para cubrir los efectos negativos que deja a su paso, a la par que se mantiene como una de las empresas más poderosas del país gracias a la protección del gobierno y de los miembros de su consejo de administración. El reconocimiento hacia Grupo México como una empresa sustentable se basa en ocultar y tergiversar información y en la constante impunidad con la que se libra de los efectos de sus malas prácticas.

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