Esta investigación forma parte de la Torre de Control, sobre el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
El tecolote llanero, Athene Cunicularia, un pequeño búho de 22 centímetros, está protegido en México, Canadá y Estados Unidos. La característica principal de este pequeño búho es que no habita en los árboles sino en la tierra; sus nidos pueden ser de hasta tres metros de profundidad1. Uno de los principales hábitats del tecolote es el ex lago de Texcoco, pero eso podría estar por cambiar, debido a la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM).
El ex lago de Texcoco es considerado un Área de Importancia para la Conservación de Aves (AICA), tiene 11 cuerpos de agua que sirven de casa para al menos 250 especies de aves endémicas que se consideran amenazadas o sujetas a protección especial. Dado que la construcción del nuevo aeropuerto amenaza el hábitat de estas aves, el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM) está llevando a cabo labores de monitoreo y conservación.
Se han realizado dos contratos para la conservación de aves que suman 14,832,969 pesos y, según denuncia la Auditoría Superior de la Federación (ASF)2, éstos se han hecho de forma descuidada e incluso tienen el mismo título. El mayor de ellos, por más de 14 millones de pesos, es con Supervisión y Control de Fauna, S.A. de C.V. (Sucofa)3 y fue una licitación. El otro es con el Instituto de Investigaciones y Capacitación para las Ciencias Biológicas, A.C. (IICCB) por cerca de 450 mil pesos y fue otorgado en adjudicación directa4.
Ante las observaciones de la ASF el GACM respondió que el IICCB se acotó a la elaboración del documento con las acciones y propuestas propias del plan de conservación requerido por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) en la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA); mientras que Sucofa se enfocará en la implementación de las propuestas. La ASF concluyó que la observación persiste, pues la respuesta del GACM no fue suficiente para probar que los contratos y los trabajos de ambos contratistas no se duplican.
“Es mucho [dinero], se puede hacer un buen plan de monitoreo y conservación de aves con la mitad del dinero en un año” afirma David Vite, biólogo experto en manejo y monitoreo de fauna en aeropuertos, a RindeCuentas.org.
Negocios, biología y conexiones
Aunque el Instituto de Investigaciones y Capacitación para las Ciencias Biológicas tiene menos de un año de vida —fue fundado el 27 de febrero de 2014—, el GACM le adjudicó directamente, es decir, sin competencia, cuatro contratos por un total de 1,669,998.52 pesos. Ha sido contratado para realizar el plan de rescate de flora, el plan de rescate de fauna, el plan de restauración ecológica y el plan de acciones de monitoreo y conservación de aves para el NAICM, señalado por la ASF.
Ricardo Azael Medina Calvario es presidente y apoderado legal del IICCB5, además es el presidente del Colegio de Biólogos de México e integrante de Adferi Consultores Ambientales6. El Colegio de Biólogos recibió una adjudicación directa del GACM por 18,348,497 pesos para un estudio de distribución de las aves en los cuerpos de agua de la Zona Metropolitana del Valle de México; Adferi Consultores Ambientales concursó por la licitación del título duplicado para la conservación de las aves que ganó Sucofa, fundada en 2004.
Impactos ambientales, especialistas y relaciones de negocio
La Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) es el estudio base a partir del cual se determinan las afectaciones de un proyecto. Para su realización el GACM adjudicó el contrato de 17 millones de pesos a Especialistas Ambientales, S.A. de C.V., fundada en 1998 por Rodolfo Lacy Tamayo7, subsecretario de Planeación y Política Ambiental de la SEMARNAT, Víctor Lichtinger Waisman, secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales entre 2000 y 2003, y José Antonio Ortega Rivero, actual director de la empresa.
La empresa ha sido vinculada con MIAs que favorecieron a intereses privados, como los informes para el tendido de gasoductos y para la construcción de la planta almacenadora de gas en Ensenada que hizo la estadounidense Sempra Energy8. Todas las MIA han de ser aprobadas por la SEMARNAT.
La MIA del NAICM presenta contradicciones con estudios realizados por otros organismos públicos. La Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) tiene un registro de 250 especies de aves, mientras que la MIA del nuevo aeropuerto sólo habla de 74. Especialistas Ambientales hizo cinco conteos de aves9, pero “lo correcto es hacer por lo menos un año de muestreo, porque las aves se comportan de forma distinta en diferentes estaciones”, explicó Vite.
Además de la Manifestación de Impacto Ambiental, la empresa Especialistas Ambientales ha recibido otras seis adjudicaciones directas para realizar estudios para el NAICM; en total ha ingresado 20,820,580 pesos entre 2013 y 2015.
Según la MIA, las aves tienen que ser trasladadas manualmente o ahuyentándolas de sus actuales sitios haciendo ruido y reconoce que el tecolote llanero “cuenta con una ligera probabilidad de sufrir algún impacto”, dado que sus nidos están a nivel de suelo o enterrados10.
El tecolote llanero es un ave migratoria, por lo que llega al lago de Texcoco para quedarse alrededor de seis meses, toda vez que el lago se encuentra ubicado en la Ruta Central de Migración de las Aves de Norteamérica, desde los años 70, cuando se inició desde la CONABIO la Restauración Ecológica del Ex Vaso de Texcoco, que ha sido considerado como uno de los 100 casos de éxito para la conservación del capital natural de México.
La responsabilidad de vigilar la sostenibilidad ambiental del NAICM recae en el GACM, pero también en las empresas y en los institutos prestadores de los servicios, pues finalmente son ellos quienes acreditan la presencia de personal especializado para cuidar los recursos naturales de la zona y, en caso de no ser posible, dejarlo saber a la dependencia que los está contratando. La cantidad de adjudicaciones directas con las que se otorgaron los contratos relativos al cuidado de la fauna y la flora a pequeños y privados grupos selectos, deja ver que, en realidad, el proyecto del nuevo aeropuerto es un negocio dnde todos ganarán, menos la población humana y de animales aledaña al ex lago de Texcoco.

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