Esta investigación forma parte de la Torre de Control, sobre el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Fitch Ratings1, Moody’s Investors Service2 y S&P Global3-las certificadoras más importantes del mundo- ocultan datos en sus reportes para inversionistas del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM, también conocido como NAIM).
En los informes no hay ninguna mención sobre los daños a la fauna protegida, el mal manejo financiero gubernamental ni la posibilidad de un desastre ecológico y ambiental debido a la reubicación de los once cuerpos de agua. En cada emisión de deuda que realiza el gobierno, las calificadoras realizan un informe actualizando a los inversionistas. Para esta investigación PODER revisó los seis reportes referentes a las emisiones de 2016 y 2017.
En los reportes sólo aparece información de entidades gubernamentales y empresas involucradas en el proyecto. No se ha consultado a organizaciones independientes -ya sean académicas, sociedad civil u órganos técnicos especializados- que hubieran aportado datos e informaciones que darían un contexto mucho más preciso de lo que está sucediendo.
Las certificadoras fueron contratadas en última instancia por el gobierno federal, y apuntan a la federación como última garante de la deuda. Muestra de ello es que los bonos para la construcción del NAICM, según datos proporcionados por la firma Moody’s, tienen la misma calificación que la deuda soberana de México. Si existe una disminución en la calificación de la deuda pública del país, puede afectar impetuosamente el proyecto, avisa la calificadora.

Se tapan los ojos frente a irregularidades

La Auditoría Superior de la Federación (ASF) reportó en la Cuenta Pública de los años 2015 y 2016 irregularidades en el proceso de construcción de obras principales como la losa de cimentación y la barda perimetral que llegan a más de 400 mdp. Esta información no aparece en ningún reporte de calificación de la deuda.
“Subvenciones discrecionales del gobierno”, esta es la solución que apunta Fitch Ratings para mitigar el riesgo que genera el “posible” sobrecosto de la obra a largo plazo. A corto plazo el éxito está garantizado con la recaudación que ya realizan los servicios aeroportuarios.
Tan sólo durante el año 2015, el órgano técnico especializado ASF, había denunciado la existencia de pagos duplicados, servicios que no fueron ejecutados, anticipos indebidos a contratistas y falta de comprobación de recursos.
Pero las irregularidades, no se detienen ahí. Según la última auditoría de la cuenta pública 2016 (publicada en 2017) hay servidores públicos que en su gestión adjudicaron directamente el contrato al proveedor que estaba en el cuarto lugar y su propuesta era 61.4% más cara que la oferta menor4.

Ninguna mención al lago o la fauna

“Durante mi gestión se adquirieron 1,700 hectáreas para fortalecer la vocación reguladora del lago de Texcoco frente a la temporada de lluvias en el Valle de México”, afirmó José Luis Luege Tamargo, ex director general de la Comisión Nacional del Agua (Conagua)5.
El terreno de un lago desecado y con una función reguladora es una “área con sólidos fundamentos demográficos”, según la prestigiosa calificadora Fitch. Los reportes de las tres calificadoras ignoran las afectaciones ambientales, sociales y arqueológicas.
El hábitat del Tecolote Llanero se encuentra en riesgo y con él la supervivencia de esta especie endémica del lago de Texcoco6. Otras aves, autóctonas y migratorias, también sufrirán de despojo del sitio donde viven debido al incumplimiento de trasladar las once lagunas.
La prioridad del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México es “privilegiar la función de regulación de avenidas [en lugar de preservar el lago Nabor Carrillo] y las segundas [refiriéndose al resto de lagunas] serán de uso temporal para desaparecer posteriormente7”, según lo dicho en respuesta pública y oficiosa a la opinión del Colegio de Ingenieros Ambientales, A.C.
El GACM está incumpliendo incluso lo establecido en la polémica Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) para suplir al lago y a las lagunas secadas. La MIA ha sido denunciada por adjudicar millones de pesos a una empresa que fue constituida por políticos que trabajan o han trabajado en la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT)8.
Las afectaciones también son a la población que habita la zona. El Frente de Pueblos en Defensa del Territorio (FPDT) ha resistido al proyecto por el patrimonio cultural que representa el lago de Texcoco para sus comunidades. Además hay zonas arqueológicas en puntos donde se plantea construir el NAICM.
Un peritaje realizado por investigadores de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México y la Escuela Nacional de Antropología e Historia, revela una lucha histórica de los habitantes de la región para ser reconocidos como “Pueblos originarios”. El Estado siempre ha omitido este reconocimiento y debido a ello se sostiene un amparo que busca la garantía de la defensa de su tierra.
Sin acuerdos sobre el desarrollo de la obra
Ni las propias certificadoras pagadas por el gobierno tienen un acuerdo sobre cómo avanza la obra. Los últimos informes de S&P aseguran a los inversionistas que la construcción posee un desarrollo significativo de las tareas en “progreso”. Fitch lo contraviene y menciona que debido a la falta de estructura, es imposible calificar ese aspecto9.
Únicamente la calificadora Moody’s expuso las posibles consecuencias de un cambio de gobierno en el país, y menciona un escenario desfavorable para la obra, en caso de que la victoria de López Obrador se concrete. A mediados de abril la calificadora advirtió de un posible detrimento de la calificación, y no sólo de la deuda del NAICM, sino para todo el sector aeroportuario.
A 2020, todas las obras principales del NAICM deberían estar listas, porque posterior a ello, el gobierno sólo contempla ampliaciones del proyecto. Es decir, les quedan dos años para terminar de construir lo que aún no han podido terminar de financiar.

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