Investigación realizada a partir de información recibida a través de Méxicoleaks
El proyecto de Etileno XXI representó pérdidas por mil 900 millones de pesos para Pemex y el priista candidato a la presidencia de la República, José Antonio Meade Kuribreña, lo avaló. El Consejo de Administración de Petróleos Mexicanos (Pemex), encabezado por José Antonio Meade, desoyó a tres de sus miembros que plantearon dudas, críticas, e incluso, la propuesta de suspender el proyecto Etileno XXI, argumentando la ilegalidad del contrato y los graves daños que podría causar –y causó– a la economía de la empresa.
Dicha sesión del Consejo se realizó el 29 de abril de 2011 y fue dirigida por el ahora candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), quien entonces era secretario de Energía en el gabinete de Felipe Calderón. El objetivo central fue analizar el contrato que firmó Petróleos Mexicanos con el consorcio Braskem-Idesa el 19 de febrero de 2010 para el suministro de etano durante 20 años, el cual incluyó la construcción de una planta cien por ciento privada para la producción de polietileno.
El equipo que conforma Méxicoleaks informó que el consorcio solicitó al gobierno mexicano aumentar las tarifas de importación del polietileno, porque era “fundamental para la economía de las Instalaciones”. El contrato enviado a nuestra plataforma de filtración, indica que Pemex se comprometió a apoyar esta propuesta, la cual finalmente se concretó el 6 de enero de 2016 mediante un decreto firmado por el presidente saliente, Enrique Peña Nieto.
El proyecto de Braskem-Idesa fue seguido por Pemex con una política de no invertir en la ampliación de sus plantas para polietileno, con el objetivo de priorizar al proyecto de capital privado, concluyó una revisión de la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
Y lo temido por el Consejo de Administración ocurrió. En solo 10 meses de operación, Etileno XXI representó pérdidas por mil 900 millones de pesos para Pemex, pues vendió el etano a un precio más bajo de lo que le cuesta entregarlo, así lo reveló una investigación de la ASF.
Los funcionarios, encabezados por José Antonio Meade, escucharon las críticas, respondieron que en la firma del contrato se respetó la ley y aprobaron el acuerdo que, a seis años de distancia, es prácticamente el diagnóstico de pérdidas que representa Etileno XXI para Pemex. Es decir, un fracaso.
La reunión
La sesión inició a las 8:30 de la mañana del 29 de abril de 2011 y se realizó en la Sala de Consejo de Petróleos Mexicanos, que es un salón recubierto de madera, con una mesa oval y rematado por un mural de Abel Quezada.
La reunión fue presidida por José Antonio Meade, quien ocupaba la Secretaría de Energía desde el 7 de enero de ese año. Fue la primera secretaría de Estado que ocupó y nadie imaginó que después despacharía desde Hacienda, Relaciones Exteriores y Desarrollo Social, con presidentes de dos partidos distintos, hasta ser nombrado candidato presidencial.
El Consejo de Administración de Pemex es el órgano superior de gobierno de la industria petrolera y su objetivo central aquel viernes era revisar el análisis del proyecto Etileno XXI que realizó el Comité de Estrategia e Inversiones. Tras verificar la asistencia de los consejeros y altos directivos de Pemex, Meade dio inició a la sesión.
Poco a poco se fue desahogando la agenda del día sin mayores sobresaltos, hasta llegar al punto seis del orden del día, que fue el más discutido: El consejero Héctor Moreira Rodríguez presentó las conclusiones del Comité de Estrategia e Inversiones, el cual indicaba que el proyecto Etileno XXI tenía “implicaciones estratégicas de alto impacto, sin embargo, el contrato NO se presentó al Consejo de Administración de Pemex, ni se ha discutido la estrategia de largo plazo (…)”.
El énfasis en el “NO” viene incluido en el acta de la sesión, lo cual indica el grado de protesta del comité. Después, siguieron las críticas al proyecto y la forma en que se concretó: “Etileno XXI se presenta como un contrato de suministro cuando es realmente una decisión con enormes impactos estratégicos, lo cual representa una omisión de la administración”.
El documento estableció una crítica a la administración de Pemex por firmar un contrato de 20 años en un sector que le afectaría de manera estructural: “Es fundamental saber cuál es la ruta estratégica a seguir en términos de contratación y en términos de la participación de la empresa en este proyecto”.
La respuesta de Meade llegó después de que el consejero Moreira recomendó definir con claridad la estrategia de Pemex a largo plazo y plantear los proyectos al Consejo de Administración antes de su firma.
El ahora candidato del PRI no respondió sobre la falta de una estrategia para Pemex, sino que defendió la legalidad de la firma del contrato: “quería aclarar que no existía ninguna obligación de presentar el contrato de suministro al Consejo, por lo que ese instrumento se había desahogado en los términos de la normativa vigente”, dijo Meade, según el acta.
Las críticas más contundente al proyecto Etileno XXI aún estaban por venir. El doctor Héctor Moreira Rodríguez dijo que un consejero, Rogelio Gasca Neri, no había estado de acuerdo con la propuesta del comité, por lo que envió sus comentarios por escrito.
Tras plantear el panorama vigente en materia de hidrocarburos y la industria del polietileno, el consejero Gasca concluyó que la estrategia de Pemex era “inaceptable”, porque optó por “incrementar la producción de petroquímicos en el sector privado, a costa de Petróleos Mexicanos (…) sin ningún beneficio tangible para el consumo nacional”.
Desde 2011, Gasca pronosticó los subsidios al consorcio privado: “Pemex va a estar importando gas y crudo para venderlos con un 20% o un 30% de descuento respectivamente. Amén de no cobrar los costos de importación, transporte ni de separación del etano”. El especialista fue particularmente crítico con la fórmula de venta del etano al consorcio Braskem-Idesa. Donde los ejecutivos escribieron “E = max [R x (1-Y) x FC1, V x N x FC2] / FC3 x TC”, Gasca descubrió pérdidas para Pemex.
Si la tarifa se fijó con el precio de referencia Henry Hub Natural Gas, “muestra la poca profundidad de ese Mercado y que puede fácilmente ser manipulado. El promedio ni siquiera es ponderado, sino aritmético”.
En medio de la complejidad de la fórmula, descubrió descuentos para el consorcio que le parecieron extraños y planteó preguntas directas: ¿Cuál fue el criterio para establecer un factor de descuento del 30% sobre el purity ethane?¿Por qué se aplica un descuento del 20% sobre el Henry Hub?
Concluyó que no había precedentes para los descuentos. “(En) México no se aplica ningún descuento de este orden en los precios del gas natural, ni aún al más grande comprador de gas que es el sector eléctrico”.
Al tratar sobre la estrategia global de Pemex, Gasca afirmó que lo más rentable sería invertir en las plantas de Pemex, pues la Auditoría Superior de la Federación (ASF) ya había determinado que la infraestructura de Pemex estaba subutilizada.
El análisis de Gasca Neri está lleno de cifras, referentes internacionales, contradicciones en la estrategia de Pemex y preguntas directas al Consejo de Administración. Sus conclusiones son demoledoras:
“Etileno XXI no es un proyecto integral para la industria petroquímica nacional, como se ha venido planteando, pues afecta negativamente al principal jugador de esta industria, que es Pemex. Se trata más bien de un proyecto que impulsa al sector privado, a costa de una subutilización de capacidad instalada y de un subejercicio presupuestal en PPQ (Pemex Petroquímica)”.
Para Gasca, el proyecto Etileno XXI tenía que suspenderse, para abrir un debate interno sobre cuál debería ser la ruta de Pemex y definir las alianzas estratégicas. Además, criticó a las autoridades por no permitir el debate del contrato en el Consejo de Administración, pues involucraría montos por alrededor de 5 mil millones de dólares en los 20 años de duración del contrato.
La demoledora carta de Gasca fue seguida por un comentario del consejero Ricardo Aldana Prieto, quien afirmó que el Consejo se enteró del contrato cuando ya estaba firmado, aunque afectaba de manera estructural a la compañía. Ante las críticas, José Antonio Meade respondió que en el futuro el Consejo de Administración debería tener acceso a contratos de interés; sin embargo, “apuntó que en el caso comentado, el proceso se había cumplido a cabalidad, tal como ya lo había asentado el Abogado General. Añadió que, sin embargo, algunos contratos de suministro tenían una importancia estratégica y el Consejo debiera de participar” (sic).
El consejero presidente nunca respondió a las preguntas estructurales del Proyecto Etileno XXI. Después, propuso votar el acuerdo del Comité de Estrategia e Inversiones, sin las críticas y propuestas de cancelar el proyecto, pasó a temas generales y cerró la sesión a las 11:10 minutos de ese viernes 29 de abril de 2011.