«La marca del B20 [Business 20] es el desarrollo de consenso basado en realizar propuestas de políticas específicas desde el sector privado con el objetivo de generar más y mejores trabajos, crecimiento sostenido y desarrollo”. Así es como se presenta el grupo de afinidad del sector privado hacia el G20, el principal foro internacional para la cooperación económica, financiera y política, que este año se realiza en Argentina.
En total participan 877 empresas de 37 países y organismos internacionales que representan ⅔ partes de la economía mundial, por medio de ocho grupos de trabajo¹. Argentina, México, Chile, Brasil, Colombia y Uruguay son los países latinoamericanos con mayor presencia empresarial en esta edición del B20, que a lo largo de un año trabajó en propuestas que terminaron de definir en su propia cumbre el 3 y 4 de octubre de 2018, y que enviaron a los presidentes de diferentes países para ser usados como insumos en el foro del G20, a realizarse el 30 de noviembre y el 1 de diciembre en la ciudad de Buenos Aires.
Una investigación centrada en las principales economías de América Latina ha puesto al descubierto la participación de subsidiarias y socias de Odebrecht -la compañía responsable del caso de corrupción más grande de la región-; cámaras empresariales beneficiadas con obra pública a cambio de sobornos; y otras que favorecen a élites económicas y políticas en Argentina, Brasil y México.
El B20 no aclara cómo define a sus participantes, pero no parece que sea un filtro el hecho de estar involucrados en casos de corrupción. Todos ellos están en el espacio que marcará la agenda político-económica de los próximos años.

La Causa de los cuadernos de Argentina

La Causa de los cuadernos, un caso de corrupción en el que empresas constructoras dieron sobornos a funcionarios públicos a cambio de contratos durante las presidencias de Néstor y Cristina Kirchner, destapó el nombre de firmas y empresarios corruptos en Argentina. Oscar Centeno, chófer de un alto funcionario de ambos presidentes, anotó en cuadernos los nombres de esas personas².
Grupo América³, de Eduardo Eurnekian, apareció en la Causa de los cuadernos, por realizar pagos para campañas electorales. Los sobrinos de Eurnekian, Hugo Eurnekian y Martín Eurnekian⁴ participan en el B20 por medio de esa misma empresa y de la subsidiaria Compañía General de Combustibles (CGC)⁵.
Fernando Landa fue uno de los máximos representantes de la edición argentina del B20, donde fungió como policy sherpa o guía ejecutivo. Landa también es director de Techint⁶, empresa acusada de entregar pagos por más de un millón de dólares también en el caso de los cuadernos⁷. Pablo Roca, presidente de la junta directiva y director ejecutivo de Techint Group preside el grupo de trabajo de Comercio e Inversión del B20⁸. Mientras que representantes de la empresa, a través de su matriz y de subsidiarias, aparecen como participantes en siete de los ocho grupos de trabajo⁹.
Seis cámaras comerciales argentinas forman lo que se conoce como el Grupo de las Seis y fueron nombradas co-presidentes del B20, junto al presidente del mismo, Daniel Funes de Rioja.
Dos de esas cámaras están vinculadas a casos de corrupción¹⁰. La Unión Industrial Argentina fue presidida por Juan Carlos Lascurain, acusado y detenido en marzo de 2018, por un desvío de 500 millones de dólares que se debían destinar para el proyecto Yacimiento Carbonífero de Río Turbio¹¹. Mientras que la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO), fue presidida por Carlos Wagner, quien a penas dos meses antes de la cumbre del B20, confesó que entre el 10 y el 20% del precio de obra pública se destinaba a soborno, a través de alianzas entre empresas constructoras para decidir cuál ganaría qué contrato¹².
No existe transparencia sobre el proceso de cómo y por qué se eligieron a estos grupos como co-presidentes. Sin embargo, las cámaras más importantes suelen tener un papel directivo en el B20¹³.

Desde Brasil, Odebrecht

La influencia de Odebrecht en Latinoamérica no se limitó a los 3.3 mil millones de dólares que dio en sobornos en 12 países para conseguir obras de infraestructura. Al B20 también llegan sus lazos, especialmente a través de su subsidiaria Braskem, S.A., que forma parte del grupo de trabajo Economía Digital e Industria 4.0, a través de su funcionario Fabio Almeida Ribeiro de Castro¹⁴.
En México, Braskem junto a su socia Idesa, es dueña de un complejo productor de etileno (Etileno XXI) el cual fue beneficiado por un contrato de aranceles a costa de invertir en proyectos de inversión pública. Etileno XXI es uno de los proyectos de infraestructura energética mexicanos en los que participó Odebrecht, señalada por financiar la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto y sobornar con 10 millones de dólares a Emilio Lozoya, entonces director de Petróleos Mexicanos (Pemex)¹⁵.
Odebrecht también ha sido señalada por financiar las campañas del todavía presidente priísta Enrique Peña Nieto, electo en el 2012. Carlos Fadigas, ex director de Braskem testificó que “acompañamos de tiempo completo toda la campaña del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y del actual Presidente Enrique Peña Nieto” confirmando los sobornos que realizó la compañía brasileña en México¹⁶.
También en México, la empresa Odebrecht junto a Arendal y Techint, esta última señalada en los cuadernos de coimas de Argentina, obtuvieron un contrato para la construcción de Los Ramones, uno de los gasoductos más importantes en el país¹⁷.
Mientras que en Argentina, Odebrecht obtuvo el contrato para el soterramiento del Ferrocarril Sarmiento en Buenos Aires en consorcio con IECSA¹⁸, empresa señalada en el caso de los cuadernos y propiedad de Ángelo Calcaterra, primo del actual presidente argentino, Mauricio Macri.
“Argentina está atravesando una enorme transformación. Hemos decidido confrontar los problemas e intentar resolverlos en lugar de ocultarlos” dijo el presidente argentino, Mauricio Macri durante la cumbre del B20, a la par que elogió la declaratoria Anti-Corrupción, firmada por primera vez en la historia del G20.

La élite mexicana en el B20

Fuera de casos directamente de corrupción, las élites mexicanas han sabido posicionarse en el B20, a través de empresarios y cámaras empresariales. Como representante de México en el B20 aparece la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX). Dicha organización se ha manifestado recientemente a favor de la construcción del ahora cancelado Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, que despojaba a más de 4,000 familias y provocaría un ecocidio¹⁹.
Armando Garza Sada, uno de los empresarios más influyentes en México, y presidente del consejo de Grupo Alfa participa en el grupo de Comercio e Inversión del B20 como co-presidente²⁰. La familia Garza Sada también forma parte desde los inicios del Consejo Mexicano de Negocios, organización empresarial que ha tenido vínculos cercanos con el PRI y con el poder político. El empresario es miembro del comité directivo del Tec de Monterrey, universidad mexicana en la que murieron cinco estudiantes en el derrumbe de unos puentes mal construidos durante el sismo del 19 de septiembre de 2017 en la Ciudad de México²¹.