Este reportaje forma parte del proyecto El negocio del Tren Maya.

En cada uno de los estados por los que atravesará el Tren Maya, existe un proyecto de energía o relacionado a extracción de hidrocarburos, sobre el cual el nuevo gabinete sabe, pero ha sido muy discreto. Todos los proyectos son herencia directa de la administración del priista Enrique Peña Nieto (EPN) y presentan importantes desafíos ambientales1 y Salina Cruz-Tapachula2 que afectan a Yucatán, Quintana Roo, Chiapas y Oaxaca; y la construcción de una segunda refinería en Campeche3, además del posible traslado de las oficinas centrales de Pemex a Ciudad del Carmen, como Rocío Nahle lo prometió en campaña. Este último sería el único proyecto 100% de Morena.
La decisión estratégica de expandirse hacia el sur la toma la administración priista y es reflejada en marzo de 2018 en el “Prontuario Energético 2018”4. Cuando Rocío Nahle toma las riendas de SENER, se fotografía con su antecesor el priista Pedro Joaquín Coldwell, quien publica las fotos en la red social Twitter con la leyenda: “Con @rocionahle iniciamos el proceso de entrega-recepción. Por México, le deseo éxito en su desempeño como Titular de la @SENER_mx”.

La Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) con Javier Jiménez Espriú como titular, también tiene muy claro que el atractivo del Tren Maya es que complementa la expansión hacia el sur de la infraestructura para la explotación de hidrocarburos. En el vídeo que aparece en el sitio oficial del Tren Maya explicita que otro de los objetivos del tren es el apoyo al sector energético de la región.
El plan de “resucitar las vías férreas nacionales” no es nuevo. Ya en el sexenio pasado se contemplaba un sistema de transporte de pasajeros que en su momento fue calificado como: “de gran valor social, pero poco atractivo para inversionistas”; después de hacerse público el presunto conflicto de interés con la empresa licitante se declaró en el olvido5. Ahora, vinculado a la estrategia energética, es mucho más fácil de apoyar.

Estrategia de energía para el sur

De los 5 proyectos que conforman la estrategia energética para el sur, tres son herencia de la administración priista a Morena (aparecen en el “Prontuario Energético 2018”, publicado por SENER del que este medio de comunicación posee copias) y los dos restantes, se tratan de ampliaciones o proyecciones locales no estipuladas en el prontuario pero anunciadas por las autoridades actuales.
El 15 marzo de 2015 Enrique Peña Nieto firmó con el entonces presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina6 un acuerdo para la construcción de un ducto que transportará gas natural e hidrocarburos a los países del Triángulo Norte de Centroamérica (Guatemala, El Salvador y Honduras). El gasoducto que originalmente partiría de Salina Cruz a Tapachula (Oaxaca y Chiapas) tendría una longitud de 440 kilómetros con una inversión promedio de seis mil 542 millones de pesos.
En uno de los apartados del acuerdo, se establecía como fecha de licitación el año 2015 con entrada en operación para el 2018, propuesta analizada por la Comisión Reguladora de Energía (CRE). Pero Peña Nieto no cumplió7 y la administración de López Obrador tendrá que retomarlo. Según se explica en el Plan Quiquenal de Expansión del Sistema de Transporte y Almacenamiento Nacional Integrado de Gas Natural (CENAGAS): “es estratégico mandarle este combustible al estado para tener mejores escenarios”. Principalmente por la disminución de costos de traslado de combustible que actualmente se realiza por pipas.
El 16 de marzo de 2015, Enrique Peña Nieto anunció la construcción del ducto de hidrocarburos Mérida-Progreso-Cancún, presuntamente para hacer eficiente el suministro de gasolina, diésel y turbosina en la península. Según las declaraciones del anuncio, el ducto tenía prevista una extensión de 310 kilómetros y un costo presupuestado al inicio de 3,600 millones de pesos8.
Siguiendo con la gira posterior a la aprobación de la Reforma Energética, el 18 de marzo del 2015, el expresidente priista EPN acompañado por líderes y funcionarios del sector, encabezó la ceremonia de los 77 años de Petróleos Mexicanos (Pemex) en el puerto Dos Bocas, en Paraíso, Tabasco. Ahí frente a todos los testigos, aseguró que Dos Bocas se convertiría en uno de los puntos estratégicos de México en el mediano tiempo9. Esa predicción se cumplirá si el proyecto del nuevo presidente continúa.
El caso de Dos Bocas es el más polémico. Fue construido por Pemex en 1979 e inició operaciones en 1982. Actualmente es uno de los puertos petroleros más importantes del país por sus volúmenes de carga y por el número de embarcaciones que atiende, lo que lo convierte en uno de los productores más complejos. Ahora, con el nuevo entorno legal derivado de las Reformas Estructurales promovidas por Peña Nieto, se permite además la participación de la iniciativa privada, esta nueva industria, generó más complicaciones en el lugar.
Sobre los proyectos en Campeche, aún hay poca información. El primero de ellos, la segunda refinería, fue anunciada el 11 de noviembre de 2018. Andrés Manuel dio a conocer que primero trabajará con la infraestructura de Dos Bocas, pero su plan a futuro (aún sin presupuesto o plan operativo) sería fortalecer la industria de la zona, con una segunda planta en esa entidad10.
Además, el que posiblemente sería el proyecto más ambicioso para la nueva administración, por la implicación del traslado de sus 9 mil empleados11, es el de mover todo Petróleos Mexicanos a Ciudad del Carmen, Campeche12. Según explicó AMLO durante una conferencia de prensa, su objetivo será primero el de movilizar a los empleados de confianza de las actuales oficinas a un nuevo complejo: «Todo Pemex se traslada a Ciudad del Carmen» destacó. Sin embargo, este proyecto tampoco presenta un plan operativo o fiscal que se pueda ejecutar en el corto plazo.

Con el daño ambiental, el turismo desaparece

Promover el desarrollo ecoturístico y la explotación de recursos energéticos es prácticamente inviable y muy difícilmente sustentable. Según lo apuntó la organización CEMDA, durante la aprobación de las Reformas Estructurales, “la Energética” era especialmente problemática con el medio ambiente y denunciaron: “La reforma energética Constitucional y su legislación secundaria, no incorporan de manera transversal aspectos fundamentales como los derechos humanos, el cambio climático, las energías renovables”, advirtieron.
Después de su aprobación en la Cámara Alta, los defensores de los Derechos Ambientales no claudicaron con las denuncias. Y uno de sus grandes casos fue la investigación realizada justamente en el desarrollo de Dos Bocas durante la administración de Enrique Peña Nieto, ahora al mando de López Obrador.
Tras explorar la zona, los activistas detectaron la destrucción de un predio donde se encontraban ubicados manglares y denunciaron ante la ASEA a la empresa responsable del ecocidio. La autoridad federal tomó cartas en el asunto y luego de una inspección, dio un plazo de 30 días para frenar actividades de desmonte o cualquier otra que pueda modificar las condiciones del lugar, para evitar más daños.
Finalmente, el caso que llevaba siendo investigado por al menos dos años, concluyó con una multa millonaria, emitida la semana pasada, a la empresa Sistemas Empresariales del Golfo, S.A .de C.V. (SCCA) responsable por el desmonte de vegetación de manglares, que supera los 13 millones 900 mil pesos. El motivo argumentado en la sanción fue: “la destrucción de 230 hectáreas de manglar13”. Los activistas tenían razón, la industria energética y el ecosistema limpio, no son una gran combinación.
 

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