Tabacaleras y COFEPRIS: El acuerdo de la secrecía

Tabaco, nicotina y monóxido de carbono son los tres ingredientes que comúnmente se encuentran en las leyendas de los paquetes de cigarros. Faltan muchos; en promedio las marcas de cigarros tienen 48 ingredientes, pero hay algunas que superan los 100, de acuerdo con información que las empresas fabricantes e importadoras de productos de tabaco entregaron a la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) entre 2009 y 2017. Dichos documentos fueron enviados a PODER vía Méxicoleaks y mantenida en secreto por COFEPRIS hasta antes de esta publicación.

El hecho de que no se den a conocer todos los ingredientes de cada cigarro, contraviene los artículos 19 y 13 de la Ley General para el Control del Tabaco (LGCT). El 19 dicta que: “todos los paquetes de productos del tabaco y todo empaquetado y etiquetado externo de los mismos, deberán contener información sobre sus contenidos, emisiones y riesgos de conformidad con las disposiciones aplicables”. El 13 agrega que las empresas productoras, importadoras o comercializadoras de productos de tabaco deben entregar listas de los ingredientes y emisiones al regulador, además de hacer pública la información a la población general.

“Ninguna política de control de tabaco va sola, no es suficiente conocer sólo tres ingredientes. Las empresas tendrían que decir cada aditivo, cuáles son los efectos y riesgos para la gente, y hacerlo de una forma exhaustiva, clara y entendible. Los órganos de supervisión, como COFEPRIS, tendrían que exigirlo y vigilarlo más”, explica a PODER Javier Zúñiga, asesor legal de la organización Iniciativas para la Salud Justa.

Los expertos consultados para este reportaje también señalan como irregularidades, al analizar la información entregada por las tabacaleras y aceptada por COFEPRIS., listas de ingredientes no homogeneizadas, falta de claridad en la periodicidad de la entrega de esos listados, sustancias y riesgos no reportados, y no seguimiento de las recomendaciones del Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el Control del Tabaco1

Lo que reportan PMM y BAT, las dominantes

Las filiales en México de la británica British American Tobacco (BAT), Plc, presidida por Richard George William Burrows, y la estadounidense Philip Morris International (PMI), son las dos dominantes del mercado de cigarros. La primera envió su listado de ingredientes y compuestos a COFEPRIS en 2009, sin especificar marcas. La segunda lo hizo en 2017 para las marcas Benson & Hedges, Chesterfield y Marlboro, registrando sus diferentes presentaciones, además de Baronet, Dalton, Delicados, Faros, Muratti y Rodeo sin especificar sus distintas presentaciones, de acuerdo con los archivos filtrados y corroborados por este medio.

En México, BAT cuenta con cinco empresas, incluida Cigarrera La Moderna, S.A. de C.V., misma que adquirió en 1997 y por lo cual pudo ganar más terreno en el mercado mexicano2. Sus ingresos en 2017 crecieron más del 5%, en parte gracias a sus buenas ventas en México, según informa en su reporte anual3.

En sus listados enviados a COFEPRIS, BAT reporta 190 ingredientes para sus cigarros, incluyendo los aditivos agregados al tabaco y los componentes diferentes al tabaco, como el filtro. Para los riesgos se limita a incluir la leyenda “no existe riesgo toxicológico adicional conocido a los efectos de los productos del tabaco”, según los documentos revisados por PODER.

Philip Morris México (PMM) es una subsidiara de Philip Morris International, filial de Philip Morris, USA, Inc., dirigida por André Calantzopoulos, y que a su vez es subsidiaria de Altria Group. En México tiene 68% del mercado, según su reporte de 20184 y está representada por Gonzalo Salafranca, Director de Asuntos Corporativos. En sus documentos enviado en 2017 a COFEPRIS desglosa para cada marca los ingredientes básicos, como tabaco y agua y que rondan entre los 13 y los 27; sin embargo también anexa un listado de 160 ingredientes añadidos al tabaco y otro de 107 ingredientes en los componentes distintos al tabaco, como el filtro y el papel; según la documentación filtrada a este medio.

Si bien el hecho de que las tabacaleras envíen a COFEPRIS sus listados se considera como una interacción necesaria, es importante recordar que ya antes organizaciones han encontrado casos en los que las tabacaleras han tenido contacto innecesario con el regulador y con autoridades mexicanas, lo que viola el Convenio Marco para el Control del Tabaco. La Coalición México Salud-hable localizó que en 2017 directivos de PMM y servidores de COFEPRIS se reunieron para hablar sobre la entrada de nuevos productos al país, como cigarros electrónicos. La primera de esas reuniones sucedió 12 días antes de que PMM entregara su listado de sustancias al regulador.

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En 2010 investigadores del CIDE reportaron cómo la industria tabacalera en México tiene influencia y acercamiento con el poder legislativo, a través del cabildeo formal y el cabildeo informal, que incluye dar regalos materiales o económicos5.

Información no estandarizada, riesgos desconocidos

Por ley, las empresas están obligadas a anexar información que incluya “la justificación técnica, los límites permitidos y los riesgos conocidos o potenciales” sobre los componentes, aditivos, residuos y sustancias que se utilicen en la fabricación o contengan los componentes de los productos de tabaco, según el artículo 7 del Reglamento para la LGCT.

Desde 2009, 22 compañías, por sí mismas o a través de importadoras mexicanas, han presentado información sobre sus productos al momento de solicitar la licencia sanitaria a la COFEPRIS; sin embargo tanto la Secretaría de Salud, como la COFEPRIS, han fallado en indicar un formato único a las tabacaleras, y aceptan los anexos de cualquier forma que sean presentados, según el análisis de los listados recibidos por PODER vía Méxicoleaks, mismos que en 2018 COFEPRIS había entregado testados como respuesta a una solicitud de transparencia presentada por este medio.

“Lo ideal es que países con un regulador, como México con la COFEPRIS, tengan formatos estandarizados en función de lo que el regulador quiere saber y las políticas que quiere proponer al legislativo. En mi opinión, esto refleja que COFEPRIS no tenía una idea clara de qué era lo que buscaba saber a través de esos listados”, dice el abogado Zúñiga, al analizar la información mostrada por PODER.

Algunas compañías efectivamente desglosan cada componente y aditivo que se le agrega al tabaco, pero la mayoría no. Otras cumplen con entregar un informe detallado sobre los riesgos generales de fumar, la minoría menciona el riesgo de cada uno de los ingredientes, y la mayoría no incluye riesgos más allá de los del tabaco.

“Carcinógeno Constituyente, Tóxico Respiratorio, Cardiovascular Tóxico, Tóxica para la reproducción o el desarrollo y Adictivo”, son los riesgos que la empresa Grand River Enterprises Six Nations, Ltd., productora de los cigarros Ten Twenty’s (10/20’s), mencionó en la lista de los componentes “nocivos y potencialmente dañinos en los productos de tabaco y humo de tabaco”, entregada a la COFEPRIS en 2012.

Extracto del reporte para los cigarros Ten Twentys
Extracto del reporte de BAT.

Zúñiga indica que los listados entregados por las tabacaleras y aceptados por la COFEPRIS ignoran algunas de las recomendaciones del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco, como “exigir que todos los fabricantes e importadores faciliten a las autoridades gubernamentales una copia del informe del laboratorio en el que figure el producto analizado y los resultados de los análisis y mediciones efectuados en el producto”. Además, las pruebas deben ser hechas en laboratorios aprobados por la OMS.

“La importancia de que el regulador solicite listados completos, exhaustivos y comprensibles, es que se pueda revisar toda la cadena de producción y el uso de los ingredientes, desde los laboratorios donde se hacen pruebas, los productos con los que se fabrican los cigarros, los aditivos que se le ponen y a qué tipo de población va dirigida cada marca”, explica Zúñiga.

Para el experto, COFEPRIS debería tener un rol más fuerte, pues “al menos en los últimos sexenios, permitió que las tabacaleras explotaran hoyos en la ley, en lugar de subsanarlos. Las empresas no te van a dar sus ingredientes y componentes por que quieran, el regulador tiene que pedirlo”.

Los titulares de COFEPRIS entre 2009 y 2017, periodo en que órgano descentralizado recibió los documentos revisados por PODER, fueron Miguel Ángel Toscano del 31 de marzo de 2008 a 2011, Mikel Arreola entre abril de 2011 y febrero de 2016, y Julio Sánchez y Tépoz desde el 7 de marzo de 2016. El actual titular es José Alonso Novelo Baeza.

¿Sabor o publicidad?

Vainilla, pepino con limón, cereza, mora azul, menta; son sólo algunos de los sabores con los que se relacionan los colores de las cajetillas de cigarros en México, que cualquiera puede observar, como en un aparador, en las tiendas de consumo. La mayoría de los aditivos agregados al tabaco y a los componentes del cigarro, listados en los documentos a los que tiene acceso PODER, cumplen con la función de “sabor” o “saborizante”. Sin embargo, esta clasificación podría ser engañosa

“El Convenio Marco dice que el tabaco por si solo sabe horrible, entonces absolutamente todo puede ser sabor. Clasificar todo así impide conocer si, por ejemplo, un aditivo que va en las bolitas que se revientan en los cigarros, tiene además la función de llamar la atención de cierta población, como de los adolescentes, eso ya tendría que se contado como publicidad, y la publicidad en este país es ilegal salvo tres casos. Ese es el tipo de políticas que la COFEPRIS podría tomar en cuenta para permitir o regular la venta de cigarros”, critica Zuñiga.

Otros ingredientes son azúcares, azúcares invertidos, aceite de regaliz y mentol, pero “de hecho, ingredientes que suenan aparentemente inofensivos, como el chocolate, el regaliz o los azúcares, pueden contribuir al incremento de los efectos carcinogénicos y adictivos. Sustancias como el mentol y los edulcorantes pueden asimismo facilitar la inhalación profunda de esta mezcla tóxica en los pulmones, suavizando el humo y calmando los sentidos”, según el estudio Tabaco: mortífero en todas sus formas, de la OMS6.

En el mismo sentido, Jorge Antonio García Álvarez, doctor del departamento de Biología Celular de la Universidad Autónoma de México (UNAM), citó a la OMS en su publicación El humo de tabaco y sus efectos adversos, en la que explica principalmente que el tabaquismo es: “Un factor de riesgo en enfermedades como la cardiopatía isquémica y el cáncer, tanto de pulmón como de bronquios y tráquea”.

Además de lo ya publicado en la revista de la universidad, García Álvarez analizó (junto a este medio) el listado completo de componentes, que hasta antes de esta publicación era información clasificada, y le sorprendió principalmente la mención de dos sustancias: El etileno vinil acetato y el fenilacetato de isoamilo, ambos presentes en el listado de BAT.

“Me sorprende enormemente la cantidad de reactivos que se registran, hay algunos componentes que necesitaríamos ver con más detalle qué tipo de moléculas podrían generar potencialmente, pero sí hay algunos (peligrosos), vimos aquí etileno vinil y eenilacetato, por ejemplo esos dos, me dejarían cierta duda sobre su riesgo”

Estos componentes son utilizados en muchos productos: el primero de ellos se trata de un compuesto similar al plástico, un polímero, que en el caso de los cigarros industrializados, es usado como aditivo; el segundo componente es un derivado del benzeno que según explicó el especialista, tiene un efecto cancerígeno potencial.

Sustancias en el laboratorio del Dr. García Álvarez. Foto: Ricardo Balderas.

Metales pesados no reportados

Así como en la cocina, los alimentos cambian sus propiedades conforme a su preparación o combinación con otros alimentos, los riesgos del tabaco y sus aditivos también mutan al momento de la combustión. Las empresas no reportan en sus listados enviados a COFEPRIS y a los que PODER tiene acceso, los compuestos que aparecen, incluidos metales pesados, cuando se quema el cigarro, según señaló García Álvarez.

El doctor, con más de cinco años de investigación sobre los compuestos del cigarro y sus afectaciones a la salud, explica que él divide los componentes de los cigarros en tres sectores: Los que regulan la respuesta inmune, los que crean la adicción, y los metales pesados; estos últimos son los más peligrosos. Todos estos compuestos aparecen solamente después de la combustión, y son miles de sustancias que las tabacaleras no están obligadas a reportar a las autoridades.

García Álvarez sostiene para PODER, que hay pruebas de la aparición de metales pesados relacionados, en algunos casos, con enfermedades como el cáncer. Estos metales no aparecen en los listados de ingredientes y componentes que entregan las empresas a COFEPRIS, a los que este medio de comunicación tuvo acceso.

“Tú puedes tener una molécula x, pero al momento de la combustión, esa molécula x puede generar varias moléculas A, B, C, D… Etcétera. Y esas moléculas que se generan, son tóxicas”, explica García Álvarez.

Para cumplir con el artículo 13 de la LGTC, que marca que las empresas deben dar a conocer al público en general sus ingredientes, BAT, que tiene marcas como Lucky Strike y Camel, publica la lista tal cual la entrega a COFEPRIS en su sitio web7 y a diferencia de lo que entrega al regulador, sí menciona que el humo del tabaco libera “miles de sustancias, de las cuales 100 han sido identificadas como tóxicas”, pero no desglosa cada una de ellas ni habla de los metales pesados a los que se refiere el científico consultado.

Este medio no localizó si PMM tiene públicas las listas de los ingredientes y compuestos de cada una de sus marcas que entrega a COFEPRIS. En su página de México tiene reportes sobre el riesgo de fumar, donde también habla de las más de 100 sustancias tóxicas en el humo del cigarro; sobre metales pesados hace referencia al cadmio y al plomo8.

Si bien las empresas cumplen con el articulado, “no pueden sólo publicar listas que a menos que seas químico entiendes, eso no puede considerarse como información clara y exhaustiva”, critica Zúñiga.

BAT México niega respuesta. PODER intentó comunicarse directamente a las oficinas corporativas y fábrica, ubicadas en la Av. Francisco I. Madero 2750 en el centro de Monterrey, sin embargo, la encargada del conmutador, pese a saber que se requería una entrevista sobre las sustancias utilizadas en los productos de la empresa, simplemente evitó dar el contacto de la dirección de comunicación de la empresa, enviando la llamada al área de distribución, quienes también se negaron a dar entrevista. Posteriormente dejaron de responder el teléfono.

PMM no respondió a la solicitud de entrevista de este medio antes del cierre de la edición.

COFEPRIS y SSA se echan la bolita

La LGTC y su reglamento no son claros al momento de atribuir la responsabilidad de recibir los documentos de las tabacaleras entre la Secretaría de Salud (SSA) y la COFEPRIS. Sin embargo, ambas dependencias negaron en febrero y abril de 2018, ante solicitudes de información presentadas por PODER, ser encargadas de tener la información sobre los listados de ingredientes y componentes de los productos de tabaco. COFEPRIS alegó inexistencia de lo solicitado9, a pesar de ser la encargada de emitir las licencias sanitarias para los productos de tabaco; y la SSA dijo que no era de su competencia.

Después de un Recurso de Revisión (RRA), y de presentar la solicitud de nuevo, COFEPRIS proporcionó a PODER los documentos entregados por las empresas tabacaleras o importadoras de tabaco, desde 2009 hasta 2017, pero la parte de ingredientes estaba testada en todos los informes. Ante una tercera solicitud de información pidiendo lo mismo, COFEPRIS respondió diciendo que adjuntaba la respuesta, pero sin adjuntar nada. Con un RRA , el Instituto Nacional de Acceso a la Información y Datos Personales (INAI) la instruyó a entregar la información solicitada en 10 días hábiles, plazo que ya expiró y que COFEPRIS ha incumplido al no enviar nada10. Finalmente, PODER tuvo acceso a la información gracias a una filtración con los mismos documentos sin testar que COFEPRIS entregó testados el año pasado.

COFEPRIS se negó a dar una entrevista a este medio, por ser parte de una organización de la sociedad civil, según comunicó su departamento de comunicación social.

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