La probabilidad de que aparezcan enfermedades crónico-degenerativas aumenta de 20% a 3,200% en la población cercana a las cuencas hidrológicas donde empresas tiran sus desechos. Tal es el caso de lo que sucede en la cuenca Atoyac-Zahuapan, donde se ubican corredores industriales con fábricas de empresas como Bayer de México, S.A. de C.V., Kimberly Clark de México, Gamesa, Sabritas, Volkswagen de México y Pemex, entre otras. De acuerdo con estudios del académico Samuel Rosado Zaidi, maestro en economía social de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y a los que PODER tuvo acceso exclusivo.

Esta problemática sanitaria no es exclusiva de la cuenca Atoyac-Zahuapan, sino que afecta a todo el conjunto articulado de áreas metropolitanas denominado la Corona de Ciudades, donde se cumplen características de hiperconcentración industrial y poblacional en poco territorio.

La Corona de Ciudades incluye el Valle de Toluca, la Zona Metropolitana del Valle de México, Puebla-Apizac y los valles de Cuernavaca y Cuautla; en esta región existen 32 cuencas hidrográficas, se concentra el 24.3% de la gran industria manufacturera y al 27% de la población del país (34 millones de habitantes).

El daño al medioambiente y los contratos

En un análisis realizado por PODER haciendo uso de los datos de Compranet y el Portal de Obligaciones de Transparencia, concentrados en QuiénEsQuién.Wiki, se revela que las empresas arriba mencionadas, ubicadas en la Corona de Ciudades, fueron premiadas con contratos públicos entre 2008 y 2019 por más de 30 mil millones de pesos y otros beneficios como permisos de extracción de recursos que, en la mayoría de los casos, resultan polémicos para las poblaciones cercanas.

La muestra total analizada por Rosado, contempla un total de 1,955 empresas ubicadas sobre la Corona de Ciudades. Sin embargo, para el análisis de contrataciones públicas sólo se contempló las que el investigador identificó como las primeras 10 fábricas con mayor número de trabajadores (251 o más).

Se trata de las fábricas o establecimientos de Bayer de México, S.A. de C.V., empresa con 571,656,608.5 pesos recibidos a través de 166 contratos firmados entre 2008 y 2019; Kimberly Clark de México, con 1,123,275,679.9 pesos en 6,396 contratos en el mismo periodo; Gamesa Planta Vallejo, bajo la razón social de Sabritas, S. de R.L. de C.V., propiedad de Pepsico. La empresa Comercializadora Pepsico México S. De R.L. de C.V. recibió 3,191,055,285.7 en 15,543 contratos.

También en el corredor industrial e hidrológico se encuentra Volkswagen de México, una de las firmas ranqueadas en 2019 por la revista Expansión como parte de la industria “Más importante”, 1 sin tomar en cuenta casos de opacidad en los procesos de licitación. PODER detectó que la firma alemana fue beneficiada con dos contratos por adjudicación directa ese mismo año a través de su concesionaria Distribuidora Volkswagen del Bajío, S.A. de C.V por 77,000 pesos para dar mantenimiento preventivo y correctivo a vehículos Volkswagen; los compradores fueron la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuito y Liconsa, S.A. de C.V.2

Por su parte, la unidad Export Sucursal de México, propiedad de Coca Cola México, en septiembre de 2020 generó un conflicto social en Chiapas debido a que sus pozos de agua extraían desde profundidades que generaban escasez en poblados cercanos. Incluso Miguel Ángel de los Santos, síndico en el municipio de San Cristóbal de las Casas, emitió un comunicado a la directora de la Comisión Nacional del Agua para intentar suspender la concesión a grupo FEMSA, sin resultados.3

Nestlé Purina Pet Care, propiedad de Nestlé México, S.A. de C.V., empresa que ha recibido 23,493 contratos por 9,164,524,487 pesos, y Laboratorios Pisa con 6,897 contratos por 16,017,490,159 pesos, también hacen uso de la cuenca Atoyac.

Por su parte, la planta de Cementos Apasco, propiedad de Holcim, sólo tuvo un contrato público, pero ha tenido varias concesiones. La cementera Lafarge Holcim, ubicada en diferentes puntos de la Zona Metropolitana del Valle de México, a pesar de sólo poseer un contrato, se ha beneficiado con otros privilegios. PODER reportó en 2018 sobre las afectaciones a la salud y muerte ya denunciadas por comunidades aledañas a su fabrica. A pesar de las denuncias de las víctimas, el gobierno de México otorgó un reconocimiento por excelencia ambiental.

[También lee: LafargeHolcim entre el terrorismo y el daño ambiental]

La fábrica de Pemex Refinería, propiedad de Petróleos Mexicanos (Pemex), también se encuentra en la Corona de Ciudades. Algunas de las divisiones de Pemex recibieron 22 contratos por 848,123,671 pesos en el mismo periodo que las demás.

Lo dicen los ríos y el Estado

Según comenta Samuel Rosado, el 82% de la población cercana a la cuenca Atoyac-Zahuapan vive a 4 kilómetros del cauce principal del río, donde el 50% de las descargas está a menos 500 metros de éste.

La mayoría de las empresas vierten sus residuos a barrancas que desembocan al cauce principal y a los ríos de la región; esto convierte a los ríos en un difusor de sustancias tóxicas que tienen impacto en la salud. Esto se observa con una mayor mortalidad de personas cercanas al río a causa de diversas enfermedades y en comunidades principalmente rurales.

Los datos explorados por el investigador de la UNAM arrojan que las fallas renales crónicas son las más frecuentes entre la población que habita en la proximidad del río Atoyac. Asimismo señala que los tumores relacionados al sistema neuroendocrino, enfermedades cerebrovasculares y síndromes relacionados con diferentes tipos de parálisis, superan hasta en un 20% a la media nacional si la población radica en las inmediaciones de esta cuenca. Nadie se hace responsable de este problema.

Otro punto importante que narró el investigador en entrevista con PODER, es el de la misma cuenca en la región de Tula-Tepeji, cercana a Ciudad de México, como uno de los espacios que, según explica Rosado: “emite la mayor parte de contaminantes que se producen, sobre todo, por la cementera, la refinería y la terminal hidroeléctrica”.

De hecho, la zona mexicana investigada por Rosado, replica lo que sucede en otras ciudades de América Latina, como San Pablo en Brasil y Bogotá en Colombia, donde la regionalización urbana de las áreas que articulan el corazón industrial de las ciudades ha sido “fallida”, según el investigador.

En el marco de sus séptimas sesiones de conferencias respecto a las regiones de Emergencia Ambiental, los Programas Nacionales Estratégicos (PRONACES) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), se reconoció que las mediciones del académico Samuel Rosado, no sólo son acertadas, sino que existe un trasfondo político que evita sean atendidas.

Margarita Castillejos, académica del Conacyt y jubilada de la Universidad de Salud y Sociedad, aseguró que la información presentada por Rosado en torno a la Corona de Ciudades: es suficiente y necesaria para detener a la gran industria pero “falta voluntad política”.

Nota: Para medir a las empresas ubicadas en la Corona de ciudades se contempló únicamente las compañías con mayor número de trabajadores reportados en la tesis del investigador Samuel Rosado. El trabajo forma parte de una solicitud expedita de las comunidades de mujeres de la cuenca del Atoyac-Zahuapan, usando la metodología de la unión europea de medición de impacto ambiental, para demostrar que lo que exigen y denuncian las comunidades es cierto.

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