***Este reportaje es una colaboración de la revista Proceso con PODER Latam como parte del proyecto: Investigación empresarial en México.
Dos Bocas no costará los 8 mil millones de dólares que el presidente López Obrador prometió. Estimaciones elevan la cifra a entre 11 mil y 18 mil millones de dólares. Sin embargo, el monto preciso sigue siendo un misterio debido a que PTI-ID –la filial de Pemex que gestionó los más de 156 contratos otorgados para la construcción de la refinería– testó los montos en estos documentos y no ha hecho públicos sus respectivos convenios modificatorios. Pero una muestra de 86 contratos que revisó la ASF constató que las sumas erogadas sólo en 2020 aumentaron hasta en 14 veces. Entre los beneficiarios de esta obra –cuya primera fase el mandatario inauguró el viernes 1– hay trasnacionales, grandes compañías mexicanas y empresas cuyos dueños son cercanos a la 4T.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso/PODER).–La falta de claridad en el ejercicio del gasto y la rendición de cuentas a medias de Pemex y la Secretaría de Energía (Sener) han alimentado las especulaciones sobre el monto del sobrecosto que acarreará la refinería Olmeca de Dos Bocas cuando termine su construcción y su periodo de pruebas.
El presidente Andrés Manuel López Obrador ya reconoció que la nueva refinería no costará 8 mil millones de dólares, como lo prometió en 2019 –monto que fue calificado de inverosímil por las empresas especializadas–, y que rondará los 11 o 12 mil millones de dólares, mientras otras estimaciones lo evalúan entre 14 y 18 mil millones de dólares. El viernes 1, durante la inauguración de Dos Bocas, la secretaria de Energía, Rocío Nahle, dijo que la obra ha recibido hasta ese momento recursos del presupuesto por 10 mil 200 millones de dólares, de los cuales 8 mil 915 millones de dólares han sido gastos de inversión y el resto de pagos de impuestos.
Las cifras siguen en el aire, pues la información disponible es incompleta y difícil de verificar.
Así, Pemex testó los montos de cada uno de los 156 contratos relacionados con la refinería de Dos Bocas disponibles en el sitio de PTI Industria de Desarrollo (PTI-ID) –la empresa filial de la petrolera a cargo del proyecto– y no publicó los convenios modificatorios a estos contratos, los cuales aumentaron los montos contratados hasta 14 veces, según una revisión realizada por Proceso.
Más allá de los montos testados, los contratos comparten otro elemento: la firma de Leonardo Cornejo Serrano, el subdirector de Proyectos Industriales de Pemex Transformación Industrial (Ptri), quien durante la gestión de Emilio Lozoya Austin al frente de Pemex, en el sexenio de Enrique Peña Nieto, estuvo involucrado en la trama de corrupción de la constructora brasileña Odebrecht.
En su revisión de la Cuenta Pública 2020, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) hizo la labor de verificar una muestra de 86 contratos de la refinería de Dos Bocas; no dio información sobre los otros 70 contratos disponibles en versión testada en el portal de PTI-ID. Aparte, la revisión que la ASF ha hecho pública hasta el momento se limita a las erogaciones de 2020, dejando un hueco de información para 2021, año en el que se ha reportado el mayor gasto para Dos Bocas.
De los que sí auditó, la ASF observó que varios contratos fueron seguidos por convenios modificatorios que aumentaron de manera significativa los montos acordados en su adjudicación.
El contrato para el desarrollo del paquete 2, entregado a la trasnacional coreana Samsung Engineering en consorcio con la empresa Asociados Constructores DBNR –compañía en la que están Samsung y las empresas duranguenses Construcciones Mecánicas Monclova y Constructora Industrial de Monclova–, tuvo tres convenios modificatorios entre su adjudicación, en julio de 2019 y junio de 2020, los cuales triplicaron el precio inicial: pasó de mil 630 millones de pesos a 4 mil 397 millones de pesos.
El consorcio formado por Grupo Indi –a través de su filial Impulsora de Desarrollo Integral– y Proyecta Industrial, S.A. de C.V., también salió beneficiario de un convenio: un contrato que les fue adjudicado por 688 millones 842 mil pesos el 13 de agosto de 2020 terminó renegociado a 2 mil 300 millones de pesos cuatro meses después, un monto 259.9% superior al inicial. Además, el convenio modificatorio amplió en 102 días naturales el plazo de cumplimiento de las obras.
Grupo Indi pertenece a la familia Muñoz Cano Castro, cercana a López Obrador desde hace décadas, cuya empresa Gami Ingeniería –que estuvo a cargo de un tramo del Segundo Piso del Periférico capitalino durante la administración del tabasqueño– ha sido una de las más beneficiadas en contratos de obra pública en la presente administración: recibió contratos por 12 mil 934 millones de pesos del gobierno federal, más una participación de 3 mil 300 millones de pesos en la Autopista Conexión Oriente, en el Estado de México el año pasado.
ICA, otra de las constructoras más beneficiadas en contratos de obra pública del gobierno de López Obrador –y una de las principales contratistas de Dos Bocas–, negoció un convenio modificatorio que sumó 374 millones 674 mil pesos al contrato que había obtenido originalmente por mil 194 millones de pesos.
La empresa tapatía J A Díaz y Compañía recibió un contrato de 146 millones 373 mil pesos el 1 de junio de 2020, que menos de cuatro meses después aumentó, mediante un convenio, a 2 mil 4 millones de pesos, un costo 14 veces superior al acordado en un principio.
De acuerdo con los contratos cuyos montos fueron revelados por la ASF, entre 2019 y 2020 las empresas más beneficiadas fueron la coreana Samsung, seguida por las empresas del consorcio Van Oord y Grupo Huerta Madre –vinculada al tabasqueño Adán Augusto López Hernández, actual secretario de Gobernación– y la trasnacional estadunidense Baker Hughes, cuyo nombre salió a relucir en el tema de la casa en Houston de José Ramón López Beltrán, el hijo de López Obrador.
También fueron beneficiados el consorcio Constructora Hostotipaquillo/Techint/Mexicana de Recipientes a Presión –esta última, propiedad del empresario Juan Carlos Tapia Vargas, señalado en la trama de sobornos de Odebrecht–, así como las empresas mexicanas ICA, Grupo Indi, J A Díaz y Compañía y Construcciones y Reparaciones del Sur.
Operadora CICSA, del magnate Carlos Slim Helú, también fue beneficiada con algunos contratos entre 2019 y 2020, aunque el monto que se puede consultar no alcanza al de los grandes contratos: estos años, la empresa de Slim obtuvo por lo menos 378 millones 696 mil pesos en contratos, más otro cuyo monto está testado.
Estos datos son incompletos incluso para los años 2019 y 2020, pues éstas y otras empresas recibieron contratos no revisados por la ASF, cuyos montos no son públicos.
El sobrecosto
Bajo la premisa de que gastaría 8 mil millones de dólares en la construcción de la refinería para terminarla en el sexenio, el gobierno invitó a cuatro empresas a presentar sus ofertas. Una –Technip– se bajó de la contienda, y los consorcios de Worley Parsons y Jacobs Engineering; Bechtel y Techint, y la empresa KBR cotizaron muy por encima del precio que estaba dispuesto a pagar el gobierno. Su mensaje al presidente era claro: tanto el presupuesto como los plazos exigidos no eran viables para un proyecto de esta magnitud.
Pero López Obrador, quien dos meses antes afirmaba que estas empresas eran las “mejores del mundo”, no les hizo caso. En mayo de 2019 anunció desierto el concurso para construir Dos Bocas e indicó que dejaría la obra a Pemex y a la secretaria de Energía, Rocío Nahle García. Insistió que costaría 8 mil millones de dólares y que estaría lista para 2022.
Nahle se dedicó a tiempo completo al megaproyecto. Ya el 14 de marzo de 2019 Pemex Transformación Industrial (Ptri) cambió el nombre de su muy opaca filial PMI Infraestructura de Desarrollo a PTI Infraestructura de Desarrollo (PTI-ID), que serviría exclusivamente para entregar los contratos de Dos Bocas y de la renovación de la refinería Miguel Hidalgo, en Tula.
Su presidente actual es Miguel Ángel Maciel Torres, ingeniero jubilado de Pemex que Nahle nombró subsecretario de Hidrocarburos en el arranque del sexenio. Como PTI-ID es una empresa de derecho privado filial de una subsidiaria de Pemex, se rige bajo el derecho mercantil y no como un ente estatal. Por ello puede operar sin rendir cuentas a la ciudadanía; sus acciones escapan en gran parte al escrutinio público y hace pública únicamente la información que quiere.
De hecho, PMI Infraestructura de Desarrollo había sido creada durante la gestión de Emilio Lozoya Austin en Pemex, en la que era encabezada por el tabasqueño José Manuel Carrera Panizzo. La opacidad permitió al equipo de Lozoya utilizar la empresa en la fraudulenta compra de la planta chatarra Agronitrogenados a Alonso Ancira Elizondo, entonces presidente de Altos Hornos de México. La adquisición implicó un fraude, así como sobornos a Lozoya, y Carrera fue sancionado por la Secretaría de la Función Pública a pagar 4 mil 206 millones de pesos de multa, más una inhabilitación de 10 años.
Aparte, los equipos de Pemex y Ptri testaron las actas de los consejos de administración en las partes donde se discutieron los avances y temas relacionados con Dos Bocas, alegando el secreto comercial. Lo mismo sucedió con las auditorías internas llevadas a cabo en Pemex: a excepción del título y de algunos párrafos, sus contenidos fueron censurados.
En su Plan de Negocios 2021-2025, Pemex proyectaba que invertiría 45 mil millones de pesos en Dos Bocas en 2021, pero terminó a más del doble: en sus estados financieros auditados del año pasado, la petrolera informó que inyectó 113 mil 785 millones de pesos a la construcción de Dos Bocas ese año mediante la emisión de Certificación de Aportación “A”.
Según las actas de las sesiones del Consejo de Administración de PTI-ID, la empresa empezó en 2021 con 45 mil 712 millones de pesos de capital, y lo terminó con 159 mil 532 millones de pesos.
El portal de PTI-ID no subió las actas del Consejo de Administración de 2022. En la información de Pemex se indica que entre el 1 de enero y el 18 de abril de 2022, la Sener entregó 22 mil 500 millones de pesos adicionales para la refinería, situación que puso la dependencia en aprietos financieros.
A finales de abril la agencia Reuters informó que una serie de compromisos hasta 2024 elevaría el costo total de la refinería a por lo menos 14 mil millones de dólares, 6 mil millones más que lo planteado en un inicio. También informó que la Sener había agotado sus recursos y pedido otros 10 mil millones de pesos al gobierno federal para terminar la refinería, lo que fue rechazado por la Secretaría de Hacienda con el argumento de que para autorizarlo se necesitaría la luz verde del Consejo de Administración de Pemex.
Una semana más tarde López Obrador reconoció que la refinería costaría un poco más: sostuvo que el precio rondaría los 9 mil millones de dólares y que la refinería se inauguraría este año. En ese momento, sin embargo, el costo de Dos Bocas ya había rebasado ese monto. En respuesta a una solicitud de información, Pemex informó que entre 2019 y el pasado mes de abril –cuando hablaba López Obrador–, Ptri había inyectado 181 mil 992 millones de pesos en su filial PTI-ID para construir la refinería, una suma equivalente a 9 mil 33 millones de dólares.
El monto se quedó en el aire, hasta que el pasado 22 de junio la agencia Bloomberg publicó que, según personas no identificadas “con conocimiento del asunto”, el costo final de Dos Bocas oscilaría entre 14 mil y 18 mil millones de dólares; es decir, el doble de lo prometido hace tres años.
De acuerdo con el reportaje, después de una fase de subejercicio durante la pandemia de covid-19, la Sener y Pemex entregaron decenas de contratos en meses recientes para terminar la construcción de la refinería en los tiempos prometidos, lo que disparó el costo final del proyecto.