La siguiente es una transcripción de la presentación de Magdalena Navarro realizada el 29 de noviembre de 2022, en el Palacio de las Naciones, en Ginebra, Suiza.
Muchas gracias por la invitación a este Foro. Soy originaria de un pueblo Nahua, en la Sierra Norte de Puebla; soy ejiadataria en el ejido de Tulimán; miembro de la junta directiva de la Unión de Ejidos de la Sierra Norte de Puebla; y también soy defensora miembro del colectivo Regional en defensa de la bosques y territorios de la Sierra Norte de Puebla.
Somos un grupo de personas de la Sierra Norte de Puebla que vela por los bienes naturales; defendemos la vida, nuestros territorios, nuestros bosques y el agua es prioridad humana. Buscamos justicia y respeto.
Deseamos heredar a futuras generaciones un territorio donde puedan vivir una vida digna y resistir los efectos del cambio climático, que actualmente son muy severos y van a empeorar. Luchamos contra la minería tóxica y la destrucción de nuestras tierras comunitarias; buscamos la conservación y el aprovechamiento sustentable y comunitario de nuestros bienes naturales, principalmente los bosques, que generan y captan agua, son hogar de la vida silvestre y disminuyen los efectos de las sequías.
Queremos incidir y tener participación sustantiva en la toma de desiciones para la regulación y compensación de las y de los dueños de los bosques donde se produce el agua. Nos levantamos frente a la sobreexplotación, la comercialización de las industrias por el consumo excesivo del agua de las grandes ciudades, y ante las omisiones y permisividad de los gobiernos. Luchamos por un mismo objetivo en común y conservamos nuestra identidad y costumbres. No sostenemos en nuestros antepasados para seguir tejiendo historias, la vida y las comunidades.
Seguimos aprendiendo para compartir con nuestra gente, y así trabajamos juntas y juntos. No hay un arma más poderosa que la unión.
Lo que me motiva en esta lucha es el valor en el bosque en su extraordinaria y abundante diversidad, que sustenta todas las formas de vida, incluida la mía; y no sólo como un precio de madera y llevarlo al camino de deforestadores comerciales. Al hacerlo, no sólo nos ponemos en riesgo, sino también a nuestras futuras generaciones. Luchamos por un cambio de paradigma: no ver a la naturaleza como algo conquistado y sometido, sino como algo apreciado y protegido.
Desde mi experiencia como defensora de los bosques y el territorio, la principal amenaza que sufre un defensor es la separación de familias, amigos y vecinos, derivado de intereses económicos; así como sobornos; agresiones indirectas por medio de redes sociales, calificándonos como revoltosos, mentirosos; intimidación en todas las formas, que pueden llegar al más extremo de las casos, como lo es la muerte. México es el país con más muertes en latino América de quienes buscan proteger su tierra y el medio ambiente de fuerzas extractivas. Situación que viene ocurriendo desde años atrás.
Asumir este papel como mujer es muy difícil, el machismo en México está arraigado, no solo a nivel familiar, sino en todos los ámbitos. A pesar de ser difícil, me motiva participar para proteger un cambio para mis hijos y las futuras generaciones.
Nosotros, los del Colectivo en Defensa de los Bosques, exigimos al Estado mejorar, aprobar y garantizar leyes que progetan a los defensores y defensoras de derechos humanos así como a los pueblos indígenas, legítimos dueños de la tierra; aprobar desarrollo económico con proyectos de sustentabilidad forestal comunitaria, y no solo enfocarse en las empresas extractivas; así como garantizar la remediación y la no repetición de los daños al medio ambiente, que provocan los proyectos extractivos, por ejemplo el derrame en Río Sonora.
Las empresas tienen la obligación de informar a los Pueblos Indígenas y dueños de las tierra sobre los riesgos de contaminación en corto, media y largo plazo; respetar el derecho al consentimiento libre, previo e informado antes de pedir una concesión; hacerse responsable de los daños que provocan sus proyectos y reparar los daños causados. A la empresa minera Almaden Minerals: que respete el fallo de la Suprema Corte de Justicia con las concesiones y que se retire de Ixtacamaxtitlán, Puebla.
Es todo, gracias.