Si se pretende continuar promoviendo el uso de gas natural en los países de la región, se tendrán que reforzar políticas y regulaciones sobre los proyectos y actividades que causan o pudieran causar daños ambientales y sociales irreversibles.
En medio de la actual crisis climática y la fuerte dependencia de los combustibles fósiles para la generación de energía a nivel global, el gas natural se sigue promocionado como una energía “puente” mientras se siguen desarrollando y consolidando las denominadas energías renovables. El impulso para promover este hidrocarburo se ha renovado recientemente con la declaratoria por parte de la Unión Europea del gas natural como energía “verde”, 1 incrementando las inversiones en el sector que serán consideradas como sostenibles e incumpliendo los acuerdos de París con los impactos que esto puede tener contribuyendo al cambio climático.
Si los países del norte que cuentan con los recursos y la tecnología para el desarrollo de energías sustentables y que han avanzado en la transformación de sus matrices energéticas están reafirmando la necesidad de continuar empleando el gas natural, ¿qué ocurre en América Latina con sus particularidades y en un contexto de post-pandemia y de Guerra en Ucrania?
Teniendo esta pregunta en mente, el pasado 8 de diciembre de 2022, PODER publicó el informe de investigación “La industria del Gas Natual en América Latina y el Caribe”, cuyo lanzamiento se hizo en el conversatorio “Gas natural, transición energética justa y derechos humanos”, en donde participaron especialistas en la materia provenientes de organizaciones afectadas por gasoductos, organizaciones de la sociedad civil y de la academia. Tanto el informe de investigación como el conversatorio buscaron compartir información sobre un tema que por ser de alta especialización parece estar monopolizado por los gobiernos y las empresas.
La región es altamente dependiente de los hidrocarburos en sus matrices energéticas y el gas ocupa el segundo lugar en importancia. La importancia relativa del gas natural se ha incrementado en los últimos 20 años y en algunos países como Argentina, México, Trinidad y Tobago y Venezuela es la principal fuente de energía primaria consumida.
El consumo de gas natural se orienta principalmente a la generación de energía eléctrica. El resto se usa en el sector industrial, residencial, servicios públicos y pequeño comercio. Esto implicará el uso de la fractura hidráulica o la explotación de yacimientos offshore (costa afuera), con los efectos irreparables que esto puede tener sobre los ecosistemas y las fuentes de agua. 2 Si se pretende continuar promoviendo el uso de gas natural en los países de la región, se tendrán que reforzar políticas y regulaciones sobre los proyectos y actividades que causan o pudieran causar daños ambientales y sociales irreversibles.
Quienes promueven el uso del gas natural poco mencionan sobre las fugas de metano en toda la cadena de suministro y su quema como una práctica generalizada, particularmente en México y Venezuela, y que provocan el aumento de emisiones de gases de efecto invernadero responsables del calentamiento global. En general, desde la industria se afirma que la ventaja del gas natural es que es seguro, es inoloro y que sus fugas no tienen ningún efecto en la atmósfera, sin embargo como ha sido señalado en el informe del IPCC, 3 el gas natural es responsable del 30% de la temperatura desde la revolución industrial y sus fugas tienen un efecto 80 veces más potente que el CO2 en generar calentamiento global en un lapso de 20 años. 4 Esto claramente pone en entredicho su sustentabilidad y su etiquetado como energía verde.
El volumen de las exportaciones es muy inferior al de las importaciones debido a la creciente dependencia del gas natural en la región que no puede abastecerse únicamente con la producción de cada país. Como consecuencia, hay pocos países exportadores de gas natural (Bolivia, Trinidad y Tobago y Perú) y pocas plantas de Gas Natural Licuado (GNL). 5 Actualmente hay una planta de GNL en construcción en México y se han anunciado 14 proyectos más. 6. Aunque México importa el 80 % del gas natural que consume desde Estados Unidos, pretende convertirse en exportador de gas natural de este país a través de la red de gasoductos existente. 7 También se ha anunciado la construcción de una planta de GNL en Argentina para exportar gas de Vaca Muerta, uno de los yacimientos de gas natural no convencional más importantes de la región. 8 Cabe mencionar que el yacimiento de Vaca Muerta genera importantes impactos negativos en la vida y la salud de los habitantes de la región, de los empleados que trabajan en la industria y de la sociedad en general por los daños en el medio ambiente. A raíz de estos impactos existen comunidades organizadas en resistencia que han sido criminalizadas y se les ha negado el derecho a la información, favoreciendo con ello la corrupción y la opacidad, con los efectos adversos que esto genera en el respeto y la promoción de los derechos humanos con efectos adversos sobre la calidad de la democracia. 9
Una mayor dependencia de las importaciones de gas puede generar una mayor vulnerabilidad frente a las crisis de precios, como está ocurriendo actualmente debido a la guerra en Ucrania. Los países latinoamericanos están compitiendo cada vez más por el gas importado con los grandes importadores como Japón y Alemania. Debido a esta competencia, el acceso a la tecnología de regasificación de GNL se ha vuelto más costosa, limitando aún más el acceso al GNL en los países latinoamericanos. A causa del incremento de los precios del gas por la guerra en Ucrania, se pueden beneficiar los países exportadores como Bolivia, Trinidad y Tobago y Perú, pero pueden afectarse quienes importan este recurso como México, Brasil y Argentina.
En lo concerniente a la participación de las empresas del sector privado y estatal en la industria del gas, encontramos que mientras las empresas estatales son propietarias del gas en la región de ALC, las empresas multinacionales controlan los eslabones de producción y comercialización de la cadena de suministro del gas. Ventitrés empresas (estatales y privadas) controlan el 76 % de las centrales de gas de la región, de las cuales sólo cuatro son empresas estatales con control directo mientras que las demás son empresas multinacionales. Las empresas públicas de la región pueden generar importantes riesgos fiscales 10 que ponen en entredicho su sostenibilidad, abriendo las posibilidades de inversión por parte de la iniciativa privada con lo cual se incrementan los riesgos para que los intereses privados prevalezcan sobre el interés público, lo que llamamos captura corporativa del estado. 11
Por lo tanto, consideramos indispensable fortalecer el papel de los trabajadores de la industria, las comunidades afectadas y las organizaciones de la sociedad civil que necesitan tener acceso a información oportuna y adecuada sobre el tema. Esto será esencial para fortalecer el debate público, la transparencia y la rendición de cuentas sobre la transición energética y el papel de los hidrocarburos.
Los gobiernos deben generar información adecuada sobre los impactos del uso del gas natural en el medio ambiente en toda la cadena de suministro y garantizar los más altos estándares en derechos humanos particularmente de las poblaciones que puedan ser afectadas por estos proyectos extractivos. Entre ellos, se debe garantizar el consentimiento previo, libre e informado como lo establece el convenio 169 de la OIT del cual varios países de la región son signatarios. 12 Por su parte las empresas, ya sean públicas o privadas, deben respetar los derechos humanos y remediar los impactos que generan sus actividades como se establece en los Principios Rectores sobre las Empresas y los Derechos Humanos de las Naciones Unidas. También se necesita mayor transparencia sobre los proyectos que utilizan la fractura hidráulica para la exploración y explotación de gas natural en la región, así como de los proyectos offshore.
Es necesario reconocer que el gas “natural” es un recurso no renovable que se está agotando. Por lo cual la continuación del uso de esta fuente energética no es sostenible en el tiempo ni tampoco es sostenible ambientalmente como ya hemos mencionado. Si bien las energías renovables se presentan como alternativa y van en aumento en la región, éstas no cuentan con la misma proyección que los hidrocarburos debido a sus limitaciones para almacenar la energía producida y dar continuidad al suministro energético.
También es necesario adaptar cada contexto nacional a los distintos tipos de energías renovables, pues no todos los países tienen el mismo potencial para la generación de energía con estas fuentes. Aunque se denominen como sustentables, estas energías también deben ser respetuosas de los derechos humanos, incluyendo el derecho a un medio ambiente limpio, saludable y sostenible, lo que implica llevar el debate más lejos y no sólo dejarlo en un cambio de energías manteniendo las mismas malas prácticas.
Si quieres saber más sobre esta investigación te invitamos a ingresar a nuestro informe: a finales de enero publicaremos la versión en español.
*Diana A Silva es investigadora en @PODERlatam.
*Este artículo fue publicado en El Plumaje de Animal Político.
1 Abril, G. (2022, julio 6). El Parlamento Europeo respalda el sello verde de la UE al gas y energía nuclear. El País.
2 García Reyes, J. S., Herrera, S., & Cabarcas, M. (2017). Manejo del Agua de Producción Para Proyectos de Gas en Aguas Profundas y Ultra-profundas del Caribe Colombiano. Revista Fuentes: El Reventón Energético, 15(2), 89-105.
3 IPCC. (2014). Climate Change 2014. Syntesis Report. Contribution of Working Groups I, II and III to the Fifth Assessment Report of the Intergovernmental Panel on Climate Change.
4 World Bank. (2022). 2022 Global Gas Flaring Tracker Report. World Bank.
5 Hay actualmente en funcionamiento 1 planta de Licuefacción en Perú y 3 en Trinidad y Tobago.
6 Global Energy Monitor. (2022). El Portal Energético para América Latina. Global Gas Infrastructure Tracker, LNG Terminals.
7 Chapa, S. (2022, agosto 12). México quiere ser un centro de exportación de gas natural… Con el que importa desde EU. El Financiero.
8 Global Energy Monitor. (2022). Op Cit.
9 Cabrera, F., & Cané, S. (2020, abril 16). Radiografía de Vaca Muerta: Megaproyecto de energía fósil y fracking en Argentina. Heinrich Böll Stiftung Bogota Office.
10 Ter-Minassian, T. (2017). Identifying and Mitigating Fiscal Risks from State-Owned Enterprises (SOEs). IDB-Discussion Paper, IDB-DP-546.
11 Castrejón, D., & Pineda, O. (2021). Conceptualización de la Captura del Estado y Evaluación de sus Impactos en el Sector Extractivo de América Latina. PODER.
[12] Un caso emblemático que no atendió de manera debida la consulta previa, libre e informada y que no se debe repetir es el del Proyecto Integral Morelos: Silva, D., & Pineda, O. (2021). La participación de Bonatti en el PIM y sus impactos sociales, ambientales y en DDHH. PODER en colaboración con ReCommon.
