Hoy, 28 de junio, recordamos los disturbios en el bar Stonewall en Nueva York, en 1969. Hoy agradecemos a Marsha P. Johnson, a Sylvia Rivera, a Stormé DeLarverie y a todas las personas que le plantaron cara a la violencia y el odio en aquellas circunstancias. Hoy honramos a quienes nos precedieron en la lucha por un reconocimiento pleno de los derechos de las personas de la diversidad sexo-genérica. Hoy es el Día Internacional del Orgullo LGBTTTIQ+.
Hemos avanzado mucho desde entonces. En México, gracias a quienes pusieron el cuerpo antes que nosotres, a quienes enfrentaron las razzias con su cuerpo como única defensa, a las organizaciones fundadoras del movimiento nacional, el FHAR y LAMBDA, y a todas las personas defensoras de los derechos de la comunidad sexodiversa hoy el matrimonio igualitario es legal en todo el país y existe una ley de identidad de género desde 2012. Asimismo ha habido avances en varios estados en la prohibición de las llamadas terapias de conversión, en atención a la salud de personas trans, en el reconocimiento de las infancias y adolescencias trans, en materia de adopción para parejas homoparentales, entre otros. También, se observa en general una muestra cada vez más amplia de apoyo a la comunidad LGBTTTIQ+ por parte de instituciones y empresas.
Sin embargo, vemos al mismo tiempo un incremento en la violencia homo-lesbo-trans odiante. También el fortalecimiento de grupos anti-derechos.
Hoy denunciamos esta tendencia y nos mantenemos alertas para seguir defendiendo los derechos adquiridos y continuar la lucha por un ejercicio pleno de los derechos humanos para todas las personas.
Hoy les recordamos a las instituciones del Estado que es su obligación proteger a las personas LGBTTTIQ+ y garantizar todos sus derechos.
Hoy les decimos a las empresas que tomen acciones firmes para demostrar con hechos sus compromisos en apoyo a la comunidad LGBTTTIQ+. Denunciamos el rainbow washing: la inclusión y el respeto a la diversidad debe suceder todo el año.
Hoy les exigimos, a empresas, que no tengan dobles estándares en materia de derechos humanos. Que sean incluyentes con la población sexodiversa y garanticen espacios libres de violencia y discriminación y, así también cumplan con su obligación de respetar los derechos humanos en todas sus operaciones y relaciones comerciales. Que se conduzcan con debida diligencia. Que dejen de afectar brutalmente a nuestro planeta. Que sean transparentes y rindan cuentas.
Hoy decimos, como se dijo el sábado en la marcha: Libertad, justicia y dignidad. Todos los derechos para todas las personas.