Resulta clave en este mes del orgullo mirar más allá del arcoíris y seguir exigiendo a las empresas conducirse con coherencia en materia de derechos humanos, así como implementar acciones claras para cumplir con su deber de respetar los derechos de las personas LGBTI+.
Es junio nuevamente, mes del orgullo LGBTI+. Volvemos a ver las banderas de arcoíris en las puertas y ventanas de instituciones públicas, edificios corporativos y establecimientos comerciales. Regresan los arcoíris a los logos y perfiles en redes sociales. Vuelven los eventos en apoyo a la comunidad de la diversidad sexo-genérica. Y volvemos a las calles a manifestar nuestro orgullo, pero también a reclamar por los derechos que faltan.
A lo largo de los años hemos visto como ha crecido la participación de las empresas en actividades durante el mes de junio y en las marchas conmemorativas en distintas ciudades del país.
Asimismo han aumentado los compromisos de inclusión de la comunidad LGBTI+ en el sector privado. Evidencia de esto son los resultados de la encuesta realizada en 2023 a 298 empresas en el marco del programa Global de Equidad Laboral de la Fundación Human Rights Campaign, que ha desarrollado un índice corporativo: HRC Equidad MX. Este índice, en su sexta edición, califica a 252 (de las 298) empresas con un puntaje del 100 % y las certifica como “Mejores Lugares para Trabajar LGBTQ+ 2023”.1 En los seis años de aplicación de la encuesta, la participación ha crecido enormemente (de 32 a 298 empresas en 2018 y 2023 respectivamente). El 68 % fueron empresas extranjeras operando en México y el restante 32 % empresas mexicanas. Asimismo, 87 empresas que contestaron la encuesta son parte del índice Forbes 500, es decir, son parte de los corporativos más grandes en el país.
Es interesante observar los resultados según los criterios de este índice: 2
- Políticas de no discriminación: casi todas las empresas dijeron tener una política en esta materia por escrito (solo 5 no lo demostraron).
- Ética y denuncia: 97 % de las encuestadas tienen un canal de denuncia
- Proveeduría diversa: 70 % de las empresas dicen solicitar a sus proveedores que cuenten con una política de no discriminación.
- Prestaciones en servicios de salud: 282 empresas reportaron ofrecer prestaciones, de las cuales 252 permiten extenderlas a cónyuges del mismo sexo de la persona titular.
- Prestaciones igualitarias para mater/paternidad: si bien 248 empresas reportan ofrecer prestaciones superiores a la ley, solo 23 ofrecen prestaciones indistintas por género.
- Compromiso institucional: solamente 52 % de las encuestadas declara tener un departamento de diversidad e inclusión. Asimismo, 246 empresas dicen tener un Consejo de Diversidad y un grupo de interés de empleadas y empleados de la empresa.
- Apoyo Ejecutivo: el 25 % del total de las empresas reportan tener personas LGBTI+ en niveles directivos, que están fuera del clóset y que apoyan con su visibilidad de manera positiva a los temas de Diversidad e Inclusión. En el resto de las empresas, este apoyo recae en personas aliadas.
- Comunicación interna: todas las encuestadas afirman tener comunicaciones a la interna de las empresas en materia de diversidad.
- Cultura de inclusión de personas trans y de género no binario: 133 empresas establecen que actualmente cuentan con políticas en atención a esta población.
- Capacitación en diversidad e inclusión, y temas LGBTI+: 98 % de las encuestadas reportan realizarla.
- Compromisos públicos: todas las empresas que recibieron la certificación demostrar compromisos públicos en apoyo a la población LGBTI+.
Si bien estos datos dan cuenta de avances dentro del sector privado, quedan varias preguntas en el aire. Por una parte, el propio informe del índice HRC Equidad MX establece como conclusión que: “Las acciones de visibilidad relacionadas con mercadotecnia (eventos o actividades públicas, prensa, redes sociales, patrocinios, etc.) son las que encontramos nuevamente este año más frecuentemente reportadas”.3
Esto quiere decir que las empresas realizan las acciones que son más fáciles para ellas, aquellas que dan visibilidad pero que no necesariamente generan cambios sustantivos en sus operaciones.
Por otra parte, es necesario preguntarse si la autoevaluación de las encuestadas es suficiente para entender la realidad de las personas LGBTI+ dentro de las empresas o en el contexto de sus operaciones. Como hemos reportado ya en PODER, los abusos empresariales hacia las personas de la diversidad sexo-genérica en México siguen siendo moneda corriente.4 ¿Será totalmente confiable evaluar los avances de las empresas sin que esta evaluación sea realizada por terceros independientes?
Asimismo, si analizamos el listado de empresas que han participado en el índice HRC Equidad MX, vemos varias compañías con denuncias de abusos a los derechos humanos o con litigios impugnando leyes que protegen el interés público en favor de sus intereses comerciales.
Entre las certificadas por este índice se encuentra Constellation Brands, que tuviera una larga disputa socioambiental y por el uso del agua con comunidades en Mexicali, Baja California, que redundó finalmente en la cancelación de la instalación de la planta en dicha entidad y la reubicación hacia Veracruz en 2022. 5
Igualmente se encuentra Philip Morris, que interpuso una demanda para poder comercializar sus vapeadores en México, lo cual había sido prohibido por ley, con el fin de proteger la salud pública. En semanas recientes, un juez otorgó el amparo a la tabacalera.6
Otro caso es el de Pemex. La empresa productiva del Estado, número 1 además en el ranking 500 Expansión 2023, ha reportado que desde 2019 los accidentes en sus operaciones se han incrementado exponencialmente, llegando a un aumento del 40 % solamente durante 2022. Estos accidentes, de diversas índoles, están afectando la seguridad e integridad de las personas trabajadoras petroleras, incluso cobrando vidas en algunos lamentables casos.7
Estos son solamente algunos ejemplos de los dobles estándares que se encuentran muchas veces en las empresas. Mientras avanzan en temas de inclusión a la interna de su estructura corporativa, continúan con prácticas cuestionables en materia de derechos humanos, sobretodo hacia comunidades o personas potencialmente afectadas por sus actividades.
Finalmente, vale la pena analizar más a fondo si las iniciativas reportadas por las empresas para avanzar en la inclusión de las personas LGBTI+ tienen una perspectiva de derechos y redundan en una cultura empresarial realmente antidiscriminatoria, tanto dentro de las compañías como en sus operaciones. Nos preguntamos, por ejemplo, si estas empresas tienen procesos de debida diligencia en derechos humanos con perspectiva interseccional, o si tienen espacios de participación para dialogar con colectivos de la comunidad sexodivergente.
Resulta clave en este mes del orgullo mirar más allá del arcoíris y seguir exigiendo a las empresas conducirse con coherencia en materia de derechos humanos, así como implementar acciones claras para cumplir con su deber de respetar los derechos de las personas LGBTI+.
* Fernanda Hopenhaym Cabrera es Codirectora Ejecutiva de @PODERlatam.
Este artículo fue publicado en El Plumaje de Animal Político.