La detección tardía de personas que viven con el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH/SIDA), la falta de estudios especializados y los reportes por desabasto de medicamentos para el cáncer fueron las principales complicaciones de los hospitales de alta especialidad durante la crisis sanitaria por Sars Cov 2 o Covid-19 en México.

Los tiempos de detección del VIH/SIDA se alargaron tanto que aparecieron personas con cargas virales tan altas como al inicio de la crisis, en los años ochentas, cuando no había tratamiento o pruebas para esta población. En algunos estados durante la pandemia la lista de espera para que pacientes diagnosticados recibieran el Tratamiento Antirretroviral (TARV) podía ser de hasta seis meses.

Sobre el tratamiento oncológico, tan solo el 20% de la demanda general de medicamentos está siendo cubierta según el reporte publicado el 3 de noviembre de 2021 por la organización Nariz Roja.

Médicos, medicamentos y recursos de los Hospitales de alta especialidad se destinaron a combatir la pandemia y la saturación terminó por desbordar un sistema de salud, que dado el estado de abandono, era incapaz de responder a la emergencia sanitaria. Como en toda la gestión de la pandemia, los que lo sufrieran más fueron las infancias.

Unidades pediátricas sin niñes

Los centros de atención temprana, o clínicas ambulatorias, para niños y niñas que han tenido contacto o viven con VIH dejaron de recibir pacientes y solo recibían a padres y/o tutores legales para entregar los medicamentos afectando al menos los 7,500 pacientes pediátricos con necesidad de seguimiento o TARV que México tenía registrado en 20181, según explica Victor Dante Galicia, director del Comité Humanitario de Esfuerzo Compartido Contra El Sida (CHECCOS).

Esto generó que pruebas físicas, como la serológicas o el conteo de células CD4, necesario para controlar la adherencia del tratamiento, dejaran de formar parte de la atención a la infancia. La población adulta también sufrió atrasos para realizarse estas pruebas ya que el equipo que se requiere para realizar los estudios de carga viral de VIH y COVID son los mismos y se dio prioridad al combate de la nueva pandemia explica el doctor Jaime Andrade Villanueva, director general de los Hospitales Civiles de Guadalajara.

“Nosotras ya no pudimos tener acceso a los hospitales cuando llegó la Covid”, explica a PODER la psicóloga Socorro García Estrada, de la organización Casa de la Sal especializada en salud mental y tratamiento tanatológico, que además, trabaja en diferentes hospitales dando atención clínica a pacientes o familiares de personas que viven con VIH o cáncer.

“Las atenciones que hemos estado brindando es a través de teléfonos o plataformas digitales. Nosotros a la primera semana de abril ya teníamos nuestros servicios en línea. Lo que observamos es que muchas personas se recluyeron, dejaron de acudir a los grupos de autoapoyo y comenzó a haber más personas del interior de la república, incluso de otros países, que no habían acudido a los servicios presenciales. En algunos casos, comenzaron a tener problemas de salud relacionados con Covid y casos de complicación por VIH que había que darles tratamiento”, comenta García Estrada.

De los casos con complicaciones por VIH, la psicóloga asegura de haber podido ser atendidos habrían podido salir sin complicaciones, “Vimos muchísimos casos de personas que no tenían acceso a los medicamentos, estarán en bodegas o almacenes, pero en las manos de los pacientes no”.

El desabasto atraviesa el país

En México hay 345,679,988 solicitudes para adquisición de medicamento oncológico de las cuales, el Gobierno Federal sólo pudo atender 27,206,401, menos del 20%, según Alejandro Barbosa del Colectivo Nariz Roja2, que explica que durante los peores momentos de la pandemia existieron estados que no pudieron cumplir ni con el 10% de la demanda por estos medicamentos.

En casos pediátricos el caso es peor: “el 100% de la población con cáncer, tienen a penas el 25% de tratamiento. Esto es muy delicado porque un niño y un adulto con cáncer necesita un tratamiento completo, es decir, no son 5 ó 6 claves como las quieren hacer pasar en la mañanera (…) No tenemos las suficientes claves para hacer un tratamiento completo y efectivo, así, rotundamente”.

Con más de dos mil fallecimientos al años el cáncer infantil es la principal causa de muerte en la franja de edad de 5 a 14 años. Se estima que cada año se atienden entre 5 o 7 mil nuevos casos de cáncer infantil, entre los que destacan principalmente la leucemia.

“Tenemos la batalla equivocada. Los niños es a penas el 10% de la población hablando de casos de cáncer, quiero pensar que debe de andar en número similares en casos de VIH; siempre el porcentaje mayor van a ser los adultos. Desafortunadamente al crear una batalla sólo por los niños cuando el medicamento es muchísimo menor del que se requiere hablando de cantidades en masa. Lo que hace el gobierno es quitarle el medicamento que requieren los adultos para dárselo a los niños, porque también está en su esquema. Cubren un agujero pero destapan otro”, explica Barbosa.

El colectivo CeroDesabasto tiene 4,968 quejas verificadas3 por desabasto de algún tipo de medicamento entre 2019 y 2020. 338 son por falta de medicamentos TARV que durante la pandemia parecen ser por el sistema de distribución falló. Algunas clínicas, como clínica Condesa en Ciudad de México, se vieron obligadas a sacar letreros donde anunciaban que sólo surtirían ciertos medicamentos y con menor periodicidad, aunque no afectó a los pacientes pediátricos según la psicóloga Socorro García Estrada

Cuatrocientos veinte reportes de desabasto son por falta de medicamento para algún tipo de cáncer. Uno de los motivos para ello es, como explican desde Nariz Roja, la transición a compras consolidadas por lo que existió un retraso de hasta tres meses.

Uno de los casos más escandalosos y que muestra la perversión del sistema, cuenta Barbosa, es el de una señora de Guadalajara que llegó al hospital por tres medicamentos oncológicos, pero el hospital sólo tenía uno. Tras un poco de insistencia, los médicos decidieron darle sólo uno de los tres, pero, lo que no le dijeron a la señora, es que el medicamento que le entregaron era para las náuseas después de la quimioterapia que no le entregaron. “Eso es no tener madre, disculpa”.

Comprar medicamentos para Cáncer, VIH y Covid-19

La llegada del gobierno del presidente López Obrador en el 2019 modificó los sistemas de reporte de compras de un sistema de salud pública extremadamente fragmentando, lo que dificulta seguir los medicamentos comprados. La pandemia de la Covid-19, para la cual el gobierno compró medicamento por un valor de $888,354,235,660.43 en 297,479 contratos4, complicó aún más el seguimiento del dinero en medicamentos específicos.

México actualiza anualmente el Cuadro Básico de Medicamentos e Insumos Médicos (CBMEI) en la que se especifica qué principios activos, en qué presentaciones y para qué enfermedades usar cada clave de medicamento en el sistema de salud público. Con base a esto, seleccionamos 25 de los 50 medicamentos para tratar la Leucemia y vimos como desde 2014 han descendido las compras y se han concentrado tanto los proveedores, pasando de 89 en 2016 a 33 en 2017, como las oficinas centrales del IMSS han concentrado cada vez más compras.5

Entre 2019 y 2021 se han erogado 7,113,132,370.07 pesos en compras de medicamentos antirretrovirales. Los cuales 4,790,731,964.64 pesos corresponden a 2019 y 2,319,283,903.59 pesos a 2020. Es decir, el gasto federal en TARV considerando todas las Unidades Compradoras del país, se redujo en casi 50% de un año para otro.

Estas cifras no especifican si hablamos de presentaciones pediátricas o adultas debido a que el tratamiento para enfermedades como VIH y cáncer dependerá en su totalidad de los diagnósticos y muchas veces se comparten. Es por ello que la falta de cualquier medicamento, en cualquier estado o sistema de salud y el mal ejercicio en las compras públicas, resulta en ocasiones, mortal.

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