Las élites económicas y políticas de un país son en sí mismas un universo, muchas veces opaco y desconocido y que a su vez replica varias de las carencias que existen en las sociedades donde se desarrollan. América Latina y la desigualdad entre hombres y mujeres no son la excepción. De los 1940 puestos que conforman la lista de las personas más ricas del mundo de Forbes del año pasado, 217 están ocupados por mujeres de todos los continentes. Sólo 16 son latinoamericanas.
En nuestra región, la adquisición de una fortuna es para las mujeres algo más relacionado con situaciones personales de vida, como ser hijas o viudas de magnates, que con condiciones educativas, culturales, políticas e ideológicas que así lo permitan.
Por ello, este post no puede llamarse Las empresarias más ricas de América Latina, como quizá sí se llamaría la contrahistoria masculina para hablar sobre los poderosos empresarios. De las 16 exponentes latinoamericanas sólo una es cofundadora de la empresa con la que hizo su capital, otra es vicepresidenta de la compañía que heredó y una última es empresaria independiente de la firma heredada. El resto, tienen poca o nula injerencia en los negocios de los que viven, y son más bien sus familiares hombres quienes se encargan.
Brasil, Chile, México y Perú son los países de donde son originarias las herederas de 54.3 mil millones de dólares (mmdd), cifra que suma las fortunas de todas1. Además, las mujeres millonarias de América Latina son mayores en edad promedio que las mujeres ricas del resto del mundo. A nivel mundial la edad promedio son 59 años mientras que en Latinoamérica se eleva hasta 71.
No hay un estudio que hable sobre las condiciones a las que se enfrentan las mujeres nacidas y crecidas en familias poderosas, generalmente lideradas por figuras masculinas fuertes y públicas, pero en México el acceso a herencias por parte de mujeres es parcial; 35% de las compañías privadas tienen mujeres (co) propietarias y 17% tienen mujeres en puestos administrativos de primer nivel, según datos del Global Gender Gap del Foro Económico Mundial (WEF)2.
En América Latina es muy común que las mujeres terminen en el lado “suave” de la empresa, ya sea dirigiendo la rama filantrópica o haciendo relaciones públicas, incluso algunas de ellas, sin poder acceder a su fortuna hasta que el administrador de la misma muere.


Lee: Hijas de los magnates mexicanos, las ausentes del negocio familiar.


Estas son las herederas del poder económico latinoamericano:

Iris Fontbona & familia. 13.7 mmdd. #84. Chile. 75 años. Heredera de la minera Antofagasta Plc, fundada por Andrónico Luksic, su esposo fallecido en 2005. Conocida por sus actos filantrópicos, actualmente sus dos hijos son quienes más influyen en el rumbo de la empresa y de Quiñeco, otra firma también propiedad de la familia3.
María Asunción Aramburuzabala & familia. 5.8 mmdd. #250. México. 54 años. Heredera de Grupo Modelo, cervecera fundada en 1925 y heredada por su abuelo Félix Aramburuzabala en 1971 (quien al fallecer en 1972 dejó al frente a su hijo Pablo, padre de María Asunción); sin embargo, ella, su hermana Lucrecia y su madre Lucrecia Larregui han incursionado en otras industrias, después de que en 2013 Anheuser-Busch Inbev comprara 50% de la empresa4. Es fundadora de la firma de capital privado Tresalia Capital, y a su vez fundadora de SixSigma Networks México, empresa tecnológica que ha ganado millones de pesos en contratos con diferentes administraciones del gobierno mexicano.
Eva Gonda de Rivera & familia. 5.6 mmdd. #269. México. Viuda de Eugenio Garza Laguera, ex presidente de FEMSA, la embotelladora y distribuidora independiente más grande de Coca-Cola a nivel mundial. La pareja tuvo cuatro hijas, de las cuales ninguna está activa directamente en la empresa. La que más se acerca es Eva María Garza Laguera Gonda, a través de su esposo José Antonio Fernández Carbajal, director ejecutivo y presidente de FEMSA. Ejemplos como éste también son comúnes, en los que antes que las hijas, la confianza para dirigir el negocio la obtienen los esposos de ellas5.
Maria Helena Moraes Scripilliti. 3.9 mmdd. Brasil. #460. 87 años. Es hija de José Ermirio de Moraes, fundador de Grupo Votorantim, empresa familiar dedicada a la rama industrial. Tiene 87 años y nunca estuvo activa en la compañía. En cambio, su esposo sí tuvo un rol en la expansión de la firma. Actualmente sus hijos son los vice presidentes del consejo de administración6.
Las hermanas Camargo. 3.1 mmdd. #630. Brasil. Rossana Camargo de Arruda Botelho, Renata Camargo Nascimento y Regina Camargo Pires Oliveira Dias. Son accionistas controladoras de la multinacional constructora y cementera Camargo Correa, fundada en 1939 por su padre, Sebastiao Camargo y actualmente involucrada en el escándalo de Lava Jato. Rossana, de 68 años, es activa en la estrategia de expansión de la empresa en América Latina, al mismo tiempo que forma parte de diversas organizaciones sin fines de lucro7. Renata, de 67 años, ayudó a crear el Instituto de Ciudadanía Emprendedora (ICE), dedicada a desarrollar el compromiso de la iniciativa privada en innovación social8. Por su parte, Regina, de 64 años no está involucrada en la empresa heredada y el que tiene los reflectores es su marido, dueño de Raia Drogsil, la cadena de farmacias más grande de Brasil9.
Patricia Matte. 2.8 mmdd. #717. Chile. 74 años. Heredó la fortuna hecha por su padre Eliodoro Matte Ossa, a través de la empresa más grande de papel en Chile, Empresas CMPC. Con 74 años y una licenciatura en artes por la Universidad Pontificia Católica de Chile, es presidenta de la Sociedad de Instrucción Primaria, organización sin fines de lucro enfocada en la educación10.
Dulce Pugliese de Godoy Bueno. 1.8 mmdd. #1,161. Brasil. 70 años. La única mujer del listado de América Latina cofundadora de su fortuna. En 1972 ella y su ex esposo, Edson de Godoy Bueno, fundaron Amil, una aseguradora médica. En 2012 vendieron 90% de la empresa al grupo estadunidense UnitedHealth Group. Es doctora en administración por la Universidad de Texas y fue profesora en la Universidad Federal de Río de Janeiro. Actualmente tiene 70 años11.
Ana Lucia de Mattos Barretto Villela. 1.7 mmdd. #1,234. Brasil. 44 años. Es la única del listado por debajo de los 50 años y se distancia mucho del promedio de la edad de las mujeres latinoamericanas más ricas (71 años), pero porque su herencia se remonta a su abuelo, fundador del banco Itaú y de Duratex, fábrica de paneles de madera y mosaicos de baño. Junto con su hermano Alfredo, Ana Lucia encabeza el Instituto Alana, una organización sin fines de lucro que promueve la educación entre los niños. Su esposo, Marcos Nisti, es director general de Alana12.
Ana Maria Marcondes Penido Sant’Anna. 1.5 mmdd. #1376. Brasil. 62 años. La única vicepresidenta del listado. Es heredera del Grupo CCR, constructora de autopistas y operadora de casetas, fundada por su padre, Pelerson Soares Penido. Tiene 62 años y es licenciada en administración de empresas por la Universidad Mackenzie de Sao Paulo13.
Ana María Brescia Cafferata. 1.4 mmdd. #1,468. Perú. Con 93 años no accedió a su fortuna heredada por su padre, Fortunato Brescia Tassano, fundador de Grupo Breca, sino hasta que sus hermanos murieron. Hasta antes de eso, sus activos eran manejados por Pedro y Mario Brescia14.
Lina y Lia Maria Aguiar. 1.3 mmdd. #1,567. Brasil. Gemelas con 80 años actualmente, ellas y su hermana Maria Angela fueron adoptadas por Amador Aguiar, fundador de Bradesco. Al morir su padre, las hermanas se enfrascaron en una lucha legal con la última esposa del empresario15. Lia tiene su propia fundación desde 2008, la Fundación Lia Maria Aguiar, para beneficiar a la ciudad de Campos do Jordao. Ninguna de las hermanas es activa en las decisiones de Bradesco16.
Patricia Angelini Rossi. 1.3 mmdd. #1,567. Chile. 63 años. Heredera de parte de las acciones de Grupo Empresas Angelini, una empresa inversionista de otras, como Antarchile. Nunca ha tenido la dirección o ningún puesto de decisión dentro de la firma. Actualmente su hermano Roberto Angelini Rossi dirige el grupo, y antes de él, el tío de ambos, Anacleto Angelini, llevaba el rumbo17.

Daisy Igel. 1.1 mmdd. #1,795. Brasil. 90 años.
Ernesto Igel heredó a Daisy 8% de las acciones de Ultrapar, distribuidora de petroquímicos. Daisy no tiene ninguna relación con la empresa, pero su hermano sí, Pery Igel, quien la dirigió hasta su muerte en 199818.

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